Crítica

'American Fiction': la inteligente sátira de la película menos conocida de los Oscar 2024

Ganadora del Oscar al guion adaptado, apoyada en un estupendo Jeffrey Wright y estrenada en España en Amazon Prime Video, la película de Cord Jefferson ironiza sobre los estereotipos que se toman como representativos de la ciudadanía negra estadounidense. Lo hace a través del retrato del mundo literario
Jeffrey Wright, estupendo en 'American Fiction', por la que opta al Óscar
Jeffrey Wright, estupendo en 'American Fiction', por la que opta al Óscar
(MGM)
Jeffrey Wright, estupendo en 'American Fiction', por la que opta al Óscar

Los premios cinematográficos no serían lo mismo sin las películas sorpresa de perfil pequeño que adquieren estatus por su número de nominaciones. En la edición de los Oscar 2024 figuró con merecimiento American Fiction, una apreciable sátira ganadora de una estatuilla que en España se ha estrenado directamente vía Amazon Prime Video.

Cord Jefferson, guionista de la serie en torno al universo Watchmen y de Master of None, debuta como director con una comedia dramática que pone el foco irónico y crítico en los estereotipos tan extendidos en el retrato de la comunidad negra estadounidense en el marco de la tan cacareada dinámica de dar voz y reflejar la diversidad.

Unos aspectos que aborda jugando con el mundo literario y con la premisa de la farsa que se enreda y retrata cómo funcionan las cosas. Muestra a un novelista negro que, harto del tipo de libros que se publican sobre su comunidad, escribe con seudónimo una obra plagada de todos los tópicos posibles para poner en evidencia la deriva, burla que para su desconcierto y pesar se convierte en la sensación editorial del momento.

Basada en una novela de Percival Everett, American Fiction optaba a cinco distinciones en los Oscar: película, actor protagonista (Jeffrey Wright), actor de reparto (Sterling K. Brown), música y guion adaptado. La última era la categoría en la que contaba con más opciones de ganar, y fue precisamente la que consiguió. El trabajo de Jefferson como guionista ya se impuso en los BAFTA y en los Critics Choice Awards.

Crítica de 'American Fiction'

Valoración:
Jeffrey Wright y Erika Alexander, en 'American Fiction'
Jeffrey Wright y Erika Alexander, en 'American Fiction'
(MGM)

Por las características de la sociedad estadounidense y por los hechos de los que se redime, resulta inevitable tener la sensación de que en los galardones cinematográficos hay películas que están más por cuota que por calidad (¿alguien ha dicho Precious?). Por suerte, American Fiction no entra en esa categoría. Desde luego puede que algunos académicos la eligieran siguiendo esa máxima, si bien el filme de Cord Jefferson se posiciona precisamente contra eso.

A través del retrato del mundo literario, cauce que de por sí entraña atractivo, el director y guionista articula una fresca, inteligente e incisiva sátira sobre los estereotipos que conmueven y se toman como representativos de la ciudadanía negra, resumidos en los problemas para salir adelante y en los entornos delictivos. Subraya que en la inclinación por descubrir, dar a conocer y comercializar estas historias así como de identificarse con ellas subyace el deseo de los editores (blancos) y del público (blanco) de limpiar su conciencia, a lo que se suma que estos productos vienen a refutar su visión.

La premisa encierra una deliciosa ironía alusiva a la dificultad de que las creaciones complejas funcionen cuando las que se demandan son las mediocres y a la cuestión de que al profesional tendente a lo elevado no le queda más remedio que rebajarse. 

Una circunstancia plasmada 'en clave negra'. El culto y algo estirado escritor interpretado de manera estupenda por Jeffrey Wright, habitual buen secundario, ve cómo las editoriales no le publican desde hace tiempo por su estilo y porque no cuenta lo que se espera de un autor negro. Molesto, escribe con nombre falso y a modo de crítica y burla un manuscrito en el que concentra con nula sutilidad todos los tópicos que venden, movimiento que sin embargo le trae el dinero y las ofertas.

La obra ofrece sugerentes detalles sarcásticos como el ejemplo de las botellas de wiski que pone el agente del protagonista para hablar de las distintas calidades literarias, la propuesta para que ejerza de jurado de un premio de las letras como reflejo de la diversidad y la complicación de que, por supuesto, su flamante libro con seudónimo acabe figurando entre los considerados para el galardón. 

Los argumentos que esgrimen los personajes blancos (los de la editorial y otros miembros del jurado) dejan también patente el factor satírico al igual que la rapidez con la que Hollywood llama a la puerta para llevar la novela al cine por su potencial para ganar reconocimientos fáciles.

American Fiction acompaña la sátira de un atinado lado emocional en lo referente a la descripción familiar, con el drama en el eje (principalmente con sentido agridulce), pero con espacio para los apuntes cómicos. Este apartado, entrañable en lo que respecta a la mujer que ha trabajado toda la vida en casa de los Ellison, viene determinado por la enfermedad de la madre y la necesidad de que la atiendan de la mejor manera en una residencia.

En lo canalizado acerca de los mencionados estereotipos conviene incluir un matiz importante, el de que en la perspectiva del escritor, que halla en las historias negras un alarmante reduccionismo, interviene su condición de persona distante

Sterling K. Brown, nominado al Óscar por su papel secundario en 'American Fiction'
Sterling K. Brown, nominado al Óscar por su papel secundario en 'American Fiction'
(MGM)

Un aspecto en el que Jefferson incide a través de los comentarios de la hermana (breve colaboración de Tracee Ellis Ross), del hermano (Sterling K. Brown, nominado al Óscar por su rol de hombre que vive por fin su homosexualidad tras dinamitarse su tapadera hetero y que se entrega al hedonismo para sobrellevar los problemas emocionales que arrastra) y de la vecina con la que intima (Erika Alexander).

El ingenio del director tiene una sencilla manifestación en la ocurrencia de plantear el proceso creativo cual ensayo teatral con los personajes en interacción con el escritor. En esa línea, la notable resolución sirve como símbolo final de la inteligencia aplicada. Juguetón, con espíritu ambiguo y hasta metacinematográfico, el cierre resalta que, aunque en el desarrollo ha dejado patente su discurso, Jefferson no quiere moralejas y prefiere que el espectador haga su composición.

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