Cenicienta

Cate Blanchett borda a la madrastra en esta revisión del cuento que mantiene su esencia original.
Cenicienta
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“¿Por qué existen los malos, mamá?”, le preguntó su hija a una amiga el otro día. Al parecer, Jimena –así se llama la pequeña– era capaz de asumir que una princesa durmiese eternamente por un hechizo, que siete enanitos fuesen comité de empresa o que una chica guapa se enamorase de una bestia. Pero lo de las malas de Disney no lo terminaba de entender. Por mucho que le fascinasen Maléfica, Úrsula o la reina acomplejada de Blancanieves, por muchas horas al día que pasase observándolas, boca abierta, sentada en el suelo, delante del televisor, vendida en pijama ante tamaña eclosión de feminismo, caracter y malicia, la niña le preguntaba a su madre que por qué tanta maldad.

Cuando Jimena vea Cenicienta, repesca del clásico que cimentó el amor por el calzado de la generación de su madre, que también es la mía, seguramente quedará deslumbrada por la madrastra de Cate Blanchett. Como una Bette Davis al desnudo, mordaz, repugnante, inolvidable, la actriz totémica, que prácticamente ya lo ha demostrado todo a nivel interpretativo –ha sido musa de Fincher, de Woody Allen, Galadriel y hasta Bob Dylan (I´m Not There)–, se atreve ahora con algo imperecedero: ser una villana de Disney.

Coreada por las ruidosas hermanastras de pies grandes (Sophie McShera, Holliday Grainger) y ataviada con los vestidos más categóricos de la historia reciente del cine, la madrastra de Cate Blanchett concentra toda su perversidad –he ahí otro referente– en hacerle la vida imposible a esa chiquilla buena, pura, rubia como un cereal.

Ah, Cenicienta, pobre chica, se pensaba que a su dueña le bastaría con que fuese ordenada, cumplidora y excepcional. Pues no. Al morir papá, movida por la codicia más nauseabunda, revelando que aquello que la había unido a su padre no era amor verdadero sino hipócrita avaricia, primero la mandó a dormir al ático,  luego a servir el desayuno y al final a barrer y fregar  la casa hasta ganarse el nombre indigno de ceniza.

La Cenicienta de Kenneth Branagh mantiente intacto el corazón del cuento original, sumando en vez de restar: la magia pastelosa y el mundo colorido están, a excepción de los ratoncillos borrachos de helio y los musicales con coros celestiales al más puro estilo Walt. Pero añade el experto en Shakespeare su gusto por el diálogo teatral, de forma que en un par de ocasiones las hermanastras hablando parecen de Mucho ruido y pocas nueces igual que los soliloquios de Cenicienta frente a sus pajarillos recuerdan a la famosa calavera. El segundo añadido logrado de Branagh,  mejor amigo ya de la casa del ratón, son esos secundarios de lujo y con flema brit: desde Helena Bonham Carter, pasando por Steve Coogan y rematando con Derek Jacobi haciendo del rey, padre del principísimo.

Porque, como en todo cuento –también post liberación de la mujer–, en Cenicienta hay un príncipe que salva a la princesa. Un príncipe acaudalado y molón que se enamora perdidamente de las cualidades que aquella madrastra no supo ver. Quizás a Jimena no sepamos responderle por qué existen los villanos, pero ojalá podamos contarle que, por mucho que los malos existan, que lo hacen, todavía quedan príncipes salvadores en los cuentos de hadas.

Valoración:

FICHA TÉCNICA

Cenicienta
  • Director:

    kenneth branagh

  • Género:

    Drama, Aventuras, Familia

  • País:

    Estados Unidos

  • Sinopsis:

    La historia de "Cenicienta" cuenta las andanzas de la joven Ella (Lily James) cuyo padre, un comerciante, vuelve a casarse tras la muerte de su madre. Ella quiere dar gusto a su padre y acoge con cariño a su nueva madrastra (Cate Blanchett) y a sus hijas Anastasia (Holliday Grainger) y Drisella (Sophie McShera) en la casa familiar. Pero, cuando el padre de Ella muere inesperadamente, la joven se encuentra a merced de una nueva familia celosa y cruel. Al final, Ella queda relegada a ser una sirvienta cubierta de ceniza por lo que le ponen el triste nombre de Cenicienta. Pero no pierde la esperanza y a pesar de la crueldad con la que la tratan, está dispuesta a cumplir las últimas palabras de su madre que le dijo que debía "ser valiente y amable". Ella no caerá en la desesperación ni despreciará a los que la maltratan. Y además está ese apuesto extraño que conoce en el bosque. No sabe que se trata de un príncipe; cree que es un aprendiz que trabaja en Palacio y que ha encontrado su alma gemela. Y su suerte está a punto de cambiar cuando envían desde Palacio una invitación abierta a todas las doncellas para que asistan a un baile donde Ella confía en volver a ver al encantador Kit (Richard Madden). Por desgracia, su madrastra le prohíbe asistir y desgarra su vestido en un acto de crueldad. Pero, como en todos los buenos cuentos de hadas, alguien acude en su ayuda. Esta vez toma la forma de una bondadosa mendiga (Helena Bonham-Carter) que, armada con una calabaza y un par de ratones, cambia para siempre la vida de Cenicienta.

  • REPARTO: Cate Blanchett, Stellan Skarsgård, Helena Bonham Carter, Hayley Atwell, Richard Madden

  • GUIÓN: Chris Weitz, Aline Brosh McKenna

  • VEREDICTO: Las hermanastras de Cenicienta hablan como los personajes de 'Mucho ruido y pocas nueces'.

  • RESUMEN: Cate Blanchett borda a la madrastra en esta revisión del cuento que mantiene su esencia original.

  • EDAD RECOMENDADA: na

  • DISTRIBUIDORA: Disney

  • ESTRENO: 27/03/2015

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