Annette

Dada la devoción que Leos Carax siempre ha demostrado sentir por el romanticismo histriónico –a través de títulos como Los amantes del Pont-Neuf (1991) y Pola X (1999)– y el uso habitualmente deslumbrante que hace de la música –en escenas como el baile callejero que Denis Lavant ejecuta acompañado por la voz de David Bowie en Mala sangre (1986) o la aparición de Kylie Minogue en Holy Motors (2012)–, parecía inevitable que acabara dirigiendo una ópera rock. Todo cuanto hacía falta, por lo visto, es que entrara en contacto con los miembros del mítico grupo de art-pop Sparks, Ron y Russell Mael, que escribieron la historia original en la que Annette se basa y las melodías que la vehiculan. 

Muchas de esas canciones son meros fragmentos, y solo un puñado de ellas –suficiente–son memorables. Todas, eso sí, reiteran la capacidad singular del dúo para difuminar tanto la línea que separa lo banal de lo profundo como la que distingue lo ridículo de lo trágico, esa misma de la que Carax también va sobrado. En el que solo es su sexto largometraje en 37 años, el maestro francés se sirve del romance imposible entre dos amantes dedicados al ‘showbiz’ para llevar a cabo, entre varias cosas más, una reflexión sobre los impulsos contradictorios que avivan la creación artística. Él (Adam Driver) es un cómico que derrocha desprecio y rabia; ella (Marion Cotillard), soprano, es toda belleza y elegancia. Él quiere destruir a su público; ella escenifica su muerte cada noche para “salvar” a su audiencia.

Su relación está condenada desde el principio, pero lo que la conduce a ese territorio de muerte y destrucción tan común a las óperas son tanto los celos crecientes que él siente por el éxito de ella como, sobre todo, el nacimiento de su hija. Desde el principio Annette es –literalmente– un títere, al que sus padres zarandean a un lado y al otro mientras se hacen daño. Annette también habla de lo monstruosos que los hombres pueden llegar a ser a causa de sus inseguridades, y eso explica que la cámara a menudo capture a Driver cerniéndose sobre Cotillard como una bestia gigante sacada de algún cuento

infantil particularmente siniestro.

Esa, por supuesto, no es la única referencia que la película usa para adentrarse en el territorio de lo mítico; incluye alusiones a El mago de Oz, a Pinocho, a Toro salvaje, a la versión de Jean Cocteau de La bella y la bestia, a Ha nacido una estrella y a El fantasma del paraíso, entre muchas otras. Es, en general, una obra embebida de artificio, y que por momentos parece negarse a ser tomada en serio –como cuando, en medio de un cunnilingus, Driver aparta la cabeza de la entrepierna de Cotillard para cantar el estribillo de una canción de amor– pero que, aun así, culmina con un clímax devastador.

Y resulta contradictoria de varias maneras más: es romántica pero no sensiblera e irónica pero no cínica, y mantiene un ojo dirigido hacia la luna pero el otro puesto en el abismo; a ratos es tan kitsch que causa sonrojo, pero está llena de momentos que provocan en el espectador la necesidad de relamerse de placer. Por todo ello invita a la división de opiniones y al mismo tiempo, por encima de todo, exige imperiosamente ser vista.

FICHA TÉCNICA

Annette

• Director:

  Leos Carax

• Género:

  Drama

• País:

  Francia

• Sinopsis:

  Ann y Henry son una pareja de artistas felizmente casados pero con trabajos que les mantienen muy expuestos. Ella es cantante y él cómico. Con el nacimiento de su hija, Annette, todo cambiará para siempre.

• Guion: Leos Carax

• Reparto: Adam Driver, Marion Cotillard, Simon Helberg, Dominique Dauwe

• Duración: 139 min.

• Veredicto: Tan excesiva y avasalladora como todo el cine de su autor.

• Distribuidora: Elastica Films

• Estreno: 20/08/2021