OPINIÓN

Cuatro recomendaciones en Filmin, Netflix, Prime Video y HBO Max

¿Estás harto de cambiar de plataforma sin saber qué ver? Todas las semanas elegimos cuatro películas o series para ti
'La flor', de Mariano Llinás
'La flor', de Mariano Llinás
Filmin
'La flor', de Mariano Llinás

El gran fabulador

La flor, en Filmin

'La flor', de Mariano Llinás
'La flor', de Mariano Llinás
Filmin

“Hay cuatro historias que empiezan y no terminan. Es decir, empiezan y se quedan en la mitad. No tienen final. Después viene el episodio 5, que empieza y termina como un cuento. Y, finalmente, el sexto episodio que empieza en la mitad y termina con un fin. La película, esto sí, ya lo deben saber todos, se llama La flor.” Con estas palabras, Mariano Llinás presenta en el prólogo de La flor su obra más icónica, tal vez una de las películas más importantes que nos dejó la década pasada, clausurada con el terrible telón de la pandemia.

Sus más de 800 minutos (14 horas) convirtieron a La flor en una de las películas del confinamiento, ya que desembarcó en Filmin por tiempo limitado durante aquellos meses. Ahora regresa a la plataforma junto con otros filmes del sello argentino El Pampero (Historias extraordinarias, Ostende, La mujer de los perros) para que gocemos de nuevo con la maravillosa capacidad para fabular de Llinás y compañía. Cine negro de serie B, ci-fi, costumbrismo... Si buscas una obra total para las tardes estivales, yo no lo dudaría. Y si necesitas una guía, la encontrarás, por supuesto, en CINEMANÍA.

Cuando el 'blaxplotation' se topó con el ci-fi

El clon de Tyrone, en Netflix

'El clon de Tyrone'
'El clon de Tyrone'
Parrish Lewis/Netflix

Entre 1932 y 1972, el gobierno estadounidense mantuvo en funcionamiento lo que se denominó Experimento Tuskegee, en el que unos 600 estadounidenses afroamericanos ejercieron sin su consentimiento de conejillos de indias para que se estudiase el desarrollo de la sífilis en sus cuerpos. Muchos de ellos murieron a causa de la enfermedad. 

Terrible, ¿no? Desde que conocí el caso, otro más que sumar a los horribles casos de racismo institucional de EE. UU., puedo entender el recelo de la comunidad afroamericana hacia las autoridades sanitarias de su país. Aunque El clon de Tyrone no aborda esta ETS tan devastadora, sí habla de experimentos gubernamentales sobre la población negra y su atmósfera remite intencionadamente a los 70, década gloriosa del blaxploitation.  

Juel Taylor debuta en el largo con un guion a medio camino de Déjame salir e Infiltrado en el KKKlan, con una sinopsis que parece broma –un camello (John Boyega), un proxeneta (Jamie Foxx) y una prostituta (Teyonah Parris) son testigos de un secuestro, y descubren que en su barrio hay un laboratorio secreto del gobierno donde se realizan experimentos siniestros– y que algo de humor se gasta, pero que, bajo la pátina de risas, esconde una horrorosa verdad.

Hollywood era una fiesta

Babylon, en Prime Video

'Babylon'
'Babylon'
Paramount Pictures

El año cinematográfico arrancó con Margot Robbie bailando en el centro de la pista de Hollywood gracias a la cámara vibrante de un Damien Chazelle desatado. Una maravilla, ¿verdad? Babylon prometía ser eso, pero lo que nos encontramos fue algo mucho más excesivo, apasionado y, en bastantes momentos, grotesco. 

Babylon son tres horas que diseccionan el auge y ocaso del Hollywood silente, antes de que el Código Hays transformara ese Babel moderno en otra cosa, antes de que el sonido relegara el arte de la gestualidad y del primer plano sobrecogedor a un segundo término. 

Chazelle no ha firmado la crónica definitiva de aquellos años –probablemente tampoco lo pretendía–, pero sí nos ha dejado una visión alucinadísima de entonces, con una BSO de Justin Hurwitz antológica, que vale mucho la pena recuperar. 

Girlhood 

¿Cómo medir un año?, en HBO Max

'¿Cómo medir un año?'
'¿Cómo medir un año?'
HBO Max

Hemos empezado las recomendaciones de hoy con una obra conocida, entre otras cosas, por su duración, y concluimos con lo contrario, con una miniatura de poco menos de 30 minutos que, como aquella, también contiene mil mundos. 

En ¿Cómo medir un año? Jay Rosenblatt nos presenta a su hija Ella de los 2 a los 17 años. La filma entrevistándola en cada cumpleaños y le hace, año tras año, las mismas preguntas: ¿qué te parece nuestra relación? ¿eres feliz? ¿qué quieres ser de mayor? ¿qué es el poder? ¿qué ha cambiado en este tiempo? Lo que captan esos veintipico minutos del documental no solo es el proceso de maduración de una persona, de niña a mujer literalmente, sino también instantes de vulnerabilidad, afectos y sentimientos tan profundos que, en algunos, solo cabe apagar la cámara y dejarlo para el año siguiente. Es una pieza preciosa, que merecer ser vista tanto si se es madre y padre como si se es hijo o hija.  

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