Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Lev Yashin contra la Yihad islámica

Lev Yashin contra la Yihad islámica
Lev Yashin contra la Yihad islámica
Lev Yashin contra la Yihad islámica

Por un momento, la película marroquí Los caballos de Dios (Nabil Ayouch, 2012, aunque estrenada en España en 2015) parece querer emparentar con Ciudad de Dios. Podrían ser de la misma familia de olvidados. De la favela de Río de Janeiro a un suburbio igual de polvoriento en Casablanca hay sólo un pasito.

Pero pronto descubrimos que aquí no hay samba. Hay fútbol, sí, pero doliente, sin esa alegría brasileña que rescata al alma del drama cotidiano. El balompié es también derrota. Aquí hay balonazos a trallón como paso previo y necesario para la guerra. Y Lev Yashin, 'La araña negra', era el único que podía evitarla.

Yashin caballos de Dios 3

El vertiginoso comienzo del filme nos lleva de una pachanga a una batalla campal. La novela de Mahi Binebine en la que se basa la trama (Les Étoiles de Sidi Moumen) remite a un equipo de fútbol, Les Étoiles, "las estrellas", de un barrio de la periferia de Casablanca. Toda esa violencia que sólo el fútbol parece contener hasta que se desborda, inevitablemente, acaba derivando en los atentados islamistas de 2003 en la ciudad marroquí. Los terroristas suicidas que hicieron explotar un artefacto en la Casa de España de Casablanca (20 de los 45 muertos de aquella serie de bombas) salieron de aquel potrero, menos vivero de futbolistas para el Raja, el Wydad o el Racing de Casablanca que cantera de fanáticos yihadistas azuzados por Al Qaeda.

Lev Yashin contra la Yihad islámica

Lev Yashin, el mítico guardameta de la Unión Soviética y del Dinamo de Moscú (un one club man de libro), el único portero que ha ganado el Balón de Oro (1963) es el ídolo de Tarek, uno de los chavales de esa barriada de Sidi Moumen. El sueño de Tarek de convertirse en el mejor guardameta del mundo dura hasta que el terrorismo islamista se cruza en su camino. Mucho más poderosa que un presente de partidos de fútbol con su equipo del barrio (un suburbio en el que también pueden verse camisetas del Real Madrid) y de fiascos de la selección de Marruecos ["No nos habían humillado así desde el 79 contra Argelia", una derrota frente a Arabia Saudí que provoca la eliminación del Mundial de EE UU 1994 remite a los personajes a recordar un infamante partido en Casablanca frente al eterno rival en 1979 que acabó en un 1-5 vergonzoso] es la promesa del cielo eterno por matar a los infieles aparece como la única salida frente a la miseria del día a día en el extrarradio.

Lev Yashin contra la Yihad islámica

Enrolado en las filas de una organización terrorista, tentado por el fanatismo, una foto de Yashin que Tarek lleva consigo a todas partes desde niño es su único vínculo con su sueño truncado, con su yo más íntimo frente a esta especie de super yo falsamente nietszcheano que moldean los iluminados de la Yihad. Quiméricos ambos, del choque entre ambos sale una foto rota y lo mejor de Los caballos de Dios. Fútbol y guerra santa. Yashin contra Al Qaeda. Perdemos todos.

Yashin caballos de Dios

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