Yago García Redactor 'Cinemanía'
OPINIÓN

'Cowboy Bebop': El blues del gangster galáctico

A base de musicón, ciencia-ficción y cine de culto, Shinichirô Watanabe nos trajo el anime más cool del Sistema Solar.
[Clásicos en serie] 'Cowboy Bebop': El blues del gangster galáctico
'Cowboy Bebop': El blues del gangster galáctico
[Clásicos en serie] 'Cowboy Bebop': El blues del gangster galáctico

No todo van a ser novedades en esta vida: CINEMANÍA rescata los shows que hicieron historia de la TV con esta colección de artículos. Bienvenidos a nuestros Clásicos en serie.

"I think it's time to blow the scene, get everybody and their stuff together: 1, 2, 3… Let's jam!". Si estas palabras te suenan, lo más probable es que al leerlas hayas tarareado mentalmente la melodía de Tank!, el temazo de Yoko Kanno que da el pistoletazo a cada episodio de esta serie.

Porque entre las virtudes de Cowboy Bebop (1998-1999, disponible en Netflix) está una de las mejores bandas sonoras de la historia de la TV, un cóctel de estilos que nunca deja de sorprender y cuyo tema principal acompaña a una secuencia de créditos fabulosa.

Tras haber trabajado en sagas tan influyentes como Macross, Shinichirô Watanabe dedicó su debut como director a un empeño muy noble: disputarle a Quentin Tarantino el título de mayor experto en cine de culto, estilismos cool y música molona del Sistema Solar. Solo que, en vez de en Los Ángeles o en el Lejano Oeste, él ambientó su historia en el espacio. "Quería combinar elementos dispares para crear algo completamente nuevo", declaró entonces.

Y lo consiguió: Cowboy Bebop comienza en tono picaresco, como un relato de gangsters simpáticos o de vaqueros caraduras. Pero la historia del cazarrecompensas Spike Spiegel y sus socios (la timadora Faye, el expolicía Jet y la hacker Ed) va derivando hacia la tragedia de manera sutil y fluida.

El golpe de genio de Watanabe tuvo consecuencias, tanto dentro del panorama anime como fuera de él. Para empezar, su libertad creativa estimuló a otros autores nipones a soltarse y experimentar. Para seguir, ayudó a consolidar la animación japonesa como fenómeno de masas en Occidente.

Y, para terminar, sembró una influencia que todavía colea: Joss Whedon tomó nota de ella para su Firefly, Keanu Reeves pasó años empeñado en protagonizar una adaptación al cine y ahora es la propia Netflix la que prepara su versión con Chris Yost (Thor: Ragnarok) al guion. Habrá que ver si logra volar tan alto como el original.

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