Somos siendo

La eternidad es un sentimiento personal, individual e intransferible que empieza justo en el momento en que dejamos de estar y tenemos por delante todo el espacio para desistir. La división del tiempo a este lado de esa dimensión es un intento desesperado por medir, desde el presente, lo que hemos sido y lo que nos queda. 

Lo sucedido se siente más fugaz visto desde la distancia: una hora de ayer nos parece más breve, un año de hace tres décadas es efímero, una década del siglo XIX es polvillo cósmico. Dentro de millones de años llegará un futuro en el que la distancia temporal entre las pirámides del Antiguo Egipto y el Hotel Luxor de Las Vegas no será relevante; en los archivos de la historia (a saber en qué formato) ambas construcciones serán catalogadas como vestigios del Período Sapiens. Aún así, qué humano el desvelo por preservar nuestra memoria, qué empeño en dejar una huella que no sea solo de carbono, qué esfuerzo por construir un legado intangible.

Los diarios zen de Garry Shandling, interesante y largo documental de Judd Apatow sobre el protagonista de la sitcom El Show de Larry Sanders, me confunde: el Shandling cómico es respetado como estrella de éxito y referente del stand-up (intervienen Jerry Seinfeld, Jay Leno, Sarah Silverman, Jim Carrey), pero el retrato muestra una persona insegura, obsesiva, neurótica y aparentemente infeliz en una vida marcada por la temprana muerte de su hermano mayor. ¿Es esa la imagen que querría legar Garry Shandling a través de sus diarios personales? Sentir el sufrimiento de alguien dedicado, en cuerpo y alma, a hacer reír resulta inquietante y perturbador. Y triste.

No sabemos cómo seremos recordados, con qué intensidad y en qué términos, eso es parte del juego. La vida es un bolo más, y como dice la Deborah Vance de la magnífica Hacks para justificar un evento promocional: “Un bolo es un bolo” [Risas].