OPINIÓN

Quien espera desespera

Quien espera desespera
Quien espera desespera
Quien espera desespera

Si la primera impresión contase tanto como dice el refrán, dicho o proverbio, nuestra vida sería un catálogo de errores. Cuando conocemos a alguien que nos deslumbra en los primeros cinco minutos, es probable que nos decepcione a medio plazo, por eso resulta tan útil la filosofía de la resignación que practicaba Cliff, el cartero de Cheers, a la hora de buscar pareja: “Ninguna chica tiene lo que estoy buscando: bajas aspiraciones”.

Si acudimos al cine esperando mucho de la película en cuestión, es fácil que no cumpla esas expectativas, a pesar de nuestra predisposición. Del mismo modo, cuando gozamos de forma inesperada, la sensación de descubrimiento aumenta ese deleite puro, algo que no sólo ocurre con el séptimo arte. Desde que te perdí parece una simpática rumbita de Kevin Johansen pero en el fondo es un hipnótico canto al desamor. Los millones de Santiago Lorenzo (Libros Mondo Brutto) es una novela delgada y casi oculta, pero habitada por una literatura enorme que habla de sueños, estrecheces, entregas y redenciones con pocas páginas y mucho talento. Reunión de Manel Fontdevila (editado por ¡Caramba!) se anuncia como una recopilación de bocetos y resulta que es uno de los tebeos más bellos (como objeto) e interesantes (por contenido) de los últimos años.

La ausencia de referencias previas parece el estado ideal para enfrentarse al hecho artístico: la película, novela, disco o cómic serán juzgados con absoluta imparcialidad, tanto a favor como en contra. Pero en el caso del cine no es tan fácil; la percepción también depende de nuestro estado anímico y hasta físico, por eso cada espectador tiene sus propios rituales (que los demás llaman “manías”). En mi caso, no leo críticas antes de ver la película, evito el márketing agresivo y en la sala intento no sentarme entre dos personas. Total; un lío. Empiezo a pensar que es un milagro que me siga gustando el cine.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento