Un trabajo manchego

Puede que Un trabajo en Italia (Peter Collinson, 1969) sea una de mis películas favoritas, junto a El nacimiento de una nación, Mary Poppins y Soñando, soñando… triunfé patinando. Aún recuerdo el pavor que sentí cuando el esbirro que conducía la excavadora, siguiendo órdenes del inmisericorde mafioso, reducía el Aston Martin Motor 6 cilindros y 250 cv de potencia a chatarra. Ver a Benny Hill haciendo de cientifico excéntrico no me dió pavor sino gustico.

Soy tan fan de este filme que me encantaría hacer un remake cuyo título bien podría ser Un trabajo manchego.

Para que entendáis mejor de que hablo, os transcribo lo que podría ser un monólogo del protagonista:

“Os he reunido aquí para contaros los pormenores del golpe que vamos a dar. Atended que es para mear y no echar gota. Este sábado no, el que viene, después de almorzar, una furgoneta Renault Kangoo gris plata saldrá del club Panterax, el que está en el kilometro 75 de la antigua carretera de Madrid, con la recaudación del mes. Estamos hablando de 350.000 euracos. Se dirigirá a la preciosa ciudad de Albacete, el Nueva York de la Mancha, a depositar el dinero en una ferreteria que hace chaflán situada en la calle Ancha. Según me ha dicho mi cuñado, la ferreteria es una tapadera porque ahí no entra ni sale nadie. Justo ese día el Albacete Balompié juega la promoción contra el Oviedo, con lo cual la ciudad estará hasta las “cencerretas” de gente. Lo que vamos a pergeñar es un atascazo impresionante, con la ayuda del primo de Josean, que es el jefe de la policia municipal, para que la furgoneta que lleva las perras no pueda ir ni palante ni patrás. Una vez que la tengamos arrinconada ya la asaltamos a hostia limpia. Contamos con mi Opel Corsa, que es de renting, con el Ford Orion del Josean y con un Citroën Picasso alquilado para la ocasión que no es nuevo, pero es un kilómetro cero. ¿Os habeis enterado? Pues, hala, ¡atacando!”

¿A que sería genial?