La cosa ocurrió así: Yo estaba en mi cama viendo en mi smart-phone vídeos de gente boxeando con canguros (no os podéis imaginar qué manguzadas pegan esos marsupiales). El cómo llegué a estos dinámicos vídeos es muy sencillo de explicar:
Empecé viendo vídeos de gente que pega sustos a gente que está durmiendo, después de gaticos, después de chicas haciendo twerking, después de pifias en el fútbol, después de novios desmayándose en plena boda, después vi uno donde un hombre metía (sin querer) la cabeza en el ojete de un elefante y ya llegué a las peleas de canguros. Y entonces me entró el sueño. Y entonces escribí mi último tuit del día. Pensé que tenía que ser profundo y encerrar una reflexión, porque soy actor pero ante todo soy persona.
Yo: Besos, followers, mañana a madrugar para rodar.
Jorge88: Suerte tú que trabajas, no nos lo restriegues por la cara.
Yo: No pretendía restregarlo, no seas tan susceptible. Jajaja ¡sois de traca! Bss.
Jorge88: No te rías, hay mucha gente que no tiene por qué madrugar porque está en el paro.Un poco de sensibilidad, además tampoco es que lo tuyo se pueda llamar trabajar.
Yo: Bueno, Jorge, haber estudiado. Bss.
Jorge88: Para que lo sepas comicucho de chichinabo, tengo una carrera y un postgrado.
Yo: jajajaja ¿nadie me ayuda con Jorge? :/
Jorge88: Ahí te quedas, cretino.
Ahí fue cuando cerré el Twitter y me quedé mirando el gotelé del techo y se me apareció la cara de Lucia Etxebarría. ¡Menudo disgustazo más tonto! Aun así, no me desvelé. Por cierto, prometí que cuando llegara a los 10.000 followers pondría una foto mía con un desnudo frontal y, desde entonces, cada vez tengo menos.
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