Reencuentros con el pasado

Iba hacia el teatro con la energía de los que se saben referentes, referente de la comedia en mi caso, y de repente oí que alguien me llamaba. Cuando un famosete oye su nombre aprieta el paso, porque pueden pasar varias cosas, a saber:

a) Que quieran hacerse una foto contigo y que esa foto se haga de una forma rápida o por el contrario que la persona no atine y termine haciendo un vídeo, o fotografiándose los pies y que se tenga que repetir varias veces.

b) Que quieran halagarte, bien alguien sobrio o que a duras penas pueda articular palabra, y decirte que eres un crack y que le encantas y que le has hecho feliz, mientras se acerca mucho y te da “toquecetes” en el hombro.

c) Que alguien que te conoció en el pasado te haya reconocido y quiera compartir contigo su alegría de un reencuentro fortuito.

Y, a veces,  mas de las que a priori pudiera parecer, todo esto junto.

En esta ocasión era una antigua compañera del instituto. ¿Su nombre y apellidos? María del Pilar Escribano García ¿Su mote? Bocachoti. La reconocí al instante, apenas había cambiado. La gente que no es muy agraciada tiende a conservarse mejor que los que somos atractivos.

"Joaquín, Joaquín", gritaba mientras se acercaba al trote cochinero "¿Te acuerdas de mí?"

"Claro, María del Pilar… ¿qué tal estás?"

Estaba tan nerviosa que se le empañaban las gafas.

"Qué ilusión me hace verte. ¿Qué haces en X? ¿Actúas esta noche? Yo me vine aquí a vivir y me casé. Éste es mi marido".

Un muchacho a su lado asentía sin decir ni mu.

"¿Sabes que nos vendieron la casa gracias a ti? El vendedor era muy fan tuyo y, claro, yo le dije que te conocía y ¡tenías que verlo como se puso! Y… ¡madre mía! La historia es muy divertida pero contada pierde".

"Ya, oye me alegro de verte, pero llego tarde al teatro".

Y entonces…

"¿Sabes una cosa? La gente me pregunta que cómo eres y yo siempre les digo: pues es mucho más inteligente de lo que parece".

Redoble y charles.