El doble

Hay algo que os tengo que contar sí o sí. Desde hace un año aproximadamente hay un doble mío por ahí, que además suplanta mi personalidad. ¿Por qué lo sé? Porque yo mismo lo contraté. Su verdadero nombre es José Antonio Zafrilla López y es natural de Tarancón. Es idéntico a mí aunque tiene un poco más de pelo y a veces bizquea. Sé que parece una locura pero es cierto. Ahora me arrepiento, claro, pero en su momento me pareció buena idea tener a alguien que fuera por mí a las entrevistas, a algunas fiestas, a compromisos comerciales, etc… Al principio todo iba bien, yo le compraba ropa y él se mostraba agradecido. Era discreto, amable y nunca lo oí quejarse cuando le proponía que se quedara encerrado en el trastero mientras yo salía. Pero un día no sé muy bien por qué desapareció y no volví a verle, pero eso sí, me llegaron noticias de sus fechorías. Por ejemplo:

El que increpó en unos baños a Amenábar diciéndole que sus películas eran infantiles, fue el doble.

El que hizo una entrevista en un diario de Galicia poniendo a parir a los programadores de TVE, fue el doble.

El que se emborrachó en la fiesta del estreno de la película Promoción fantasma y después se sacó la chorra, fue el doble.

El que intentó robar el segundo volumen de Juego de tronos en la FNAC y lo pillaron, fue el doble.

El que locutó un anuncio de pipas, ese sí fui yo.

El que llamó al contestador de un conocido productor a las tantas de la mañana y dejó una serie de ininteligibles insultos, fue el doble.

El que dejó una mierda en una tartera en la puerta del vecino que no paga la derrama, fue el doble.

El que dijo que iba a presentar una gala benéfica y luego no apareció, fue el doble.

Al que pillaron en unos reservados morreándose con el bajista de Pignoise, ese también fui yo.

Y, bueno, esto es lo que quería contaros.