OPINIÓN

Cartas Cinéfalas: Nicholas Hammond, el primer hombre araña, escribe al productor de Spider-Man: No Way Home

Nicholas Hammond dio vida a Peter Parker en la década de los 70 para la CBS
Nicholas Hammond dio vida a Peter Parker en la década de los 70 para la CBS
Cinemanía
Nicholas Hammond dio vida a Peter Parker en la década de los 70 para la CBS

Extracto de la carta a Mitchell Bell, productor de Spider-Man: No Way Home.

Distinguido señor:

Mi sentido arácnido me dice que se está preparando una película muy, muy especial. Realmente ha sido una revelación: no tiene nada que ver con que mi sobrino esté trabajando en la producción. Él no me ha dicho ni mu, y mira que le he preguntado cosas (siempre ha sido muy discreto, además ha firmado un contrato de confidencialidad). He de reconocerle que es muy buena idea lo de los multiversos. 

Mi padre trabajaba mucho los multiversos: por una parte, estábamos mi madre y mis cuatro hermanos, y por otra, Marisa, con la que tuvo otros tres churumbeles. Llevaba un parche en el ojo derecho y a mi madre le contaba que tenía que ausentarse para someterse a un tratamiento médico carísimo. Ella le despedía llorando y metiéndole billetes en el bolsillo del abrigo. Mi padre, por su parte, la correspondía también con lágrimas mientras fingía no querer aceptar el dinero: “¡Son todos nuestros ahorros, vida mía! –se lamentaba– ¡Maldito ojo! ¿Cuándo se curará?”.

Al ojo no le pasaba nada y, en cuanto doblaba la esquina, el parche desaparecía de la cara. Yo era el único que lo sabía porque me dedicaba a seguirle. Me fastidiaba comprobar cómo, el muy pájaro, se daba la buena vida con la otra familia. Una vez me pilló y, cogiéndome del pescuezo, me dijo: “Bueno, pues ya conoces mi secretito. Solo te voy a decir una cosa: la información es poder y el poder conlleva una gran responsabilidad; como te vayas de la lengua te doy una hostia que te visto de torero”.

“Eso son tres cosas, papá”, respondí, y acto seguido me pegó una patada que, literalmente, salté un muro, cayendo en un patio interior. Creo que esa es la primera vez que volé, pero sin necesidad de la tela de araña.

Bueno, no me enrollo más. Seguro que habrá pensado en mí para encarnar a alguno de los hombres araña; como comprenderá, ahora no puedo decirle nada, tendría que mirar mi agenda.

Un abrazo.

Nicholas

P.D.: De poder hacerlo, quiero que sepa que aún conservo el traje y me queda como un guante.

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