SHADOWNS OF THE DAMMED: más heavy que una lluvia de hachas en el Infierno

¡Atento, pendejo! Chupas de cuero, pulseritas con pinchos, calaveras por todas partes, cadenas, fuego, demonios y novias muertas, adornan el nuevo juego de acción de EA, uno de los más macarras hasta la fecha.

Pilla un poco de “DESPERADO”, mézclalo con una buena dosis de EL MOTORISTA FANTASMA y déjalo reposar en salsa de HELLBLAZER. Sazónalo con algo de imaginería japonesa y sírvase con mucho sentido del humor, esta es la receta que ha seguido Grasshopper Manofacture al pie de la letra para servirnos en bandeja SHADOWS OF THE DAMMED. Un shootter en tercera persona que te llevará al Inframundo a rescatar a tu novia y despejar la zona de demonios. El juego te mete en las botas de motorista de García Hotspur, un macarilla tatuado con acento mejicano que ha decidido dedicar su vida a cazar demonios. Tal como está el panorama económico mundial, hoy en día los autónomos se muestran de lo más innovadores. El caso es que ha enfadado al demonio que no debía enfadar, un tal Fleming (por ejemplo) que para ajustar cuentas con García ha secuestrado a su novia y se la ha llevado a su reino infernal. Como el Supermario, pero mucho más satánico.

Evidentemente García se lanzará de cabeza a recorrer todos los niveles del infierno para rescatar a su rubia preferida. La mecánica es sencilla, avanzar a golpe de gatillo, resolver algún que otro puzzle o laberinto, y derrotar a los ocasionales jefes de nivel. La mecánica no es muy original y a más de uno le recordará a juegos como Resident Evil… Bueno, por ahí detrás anda Shinji Mikam como productor del proyecto…

La originalidad del juego viene en forma de un sentido del humor muy macabro y ocasionalmente soez. Como salir de fiesta con tus amigos. Y si piensas que tu barrio es algo chungelas a ciertas horas de la noche, deberías ver cómo son estas calles del infierno. SHADOS OF THE DAMMED es una autoproclamada “road movie” en la que García hace pareja con un exdemonio reducido a calavera en llamas flotante, que no sólo le dará la réplica ingeniosa de turno, sino que también se convertirá en distintas armas de fuego para uso y disfrute del jugador. No son los dos tipos más graciosos del Infierno, pero tienen química.

Avanzar por el juego no nos resultará muy difícil: basta con disparar a todo lo que se mueva. Si ves que el resultado no es el esperado (la destrucción o mutilación del objetivo) simplemente cambia a otro arma. Repite la operación hasta que el peligro inminente muerda el polvo. La solución de los puzzle tampoco resultará mucho más complicado: normalmente deberás buscar diferentes objetos que harán las veces de llaves para abrir puertas o zonas. Si te quedas atrapado y no sabes qué hacer, dispara por si acaso. Otro elemento interesante en el juego, que varía el disparar y correr, es “La Penumbra”, una especie de energía maléfica que distorsiona la realidad y que merma tu salud. Como las luces de algunos discotecas. La manera de librarte de ellas es… Bueno, disparar o correr.

Como podéis ver, el juego no es muy variado. Pero sí es divertido. Lo suficiente como para compensar un acabado técnico un tanto ramploncillo. Aunque el motor Unreal 3 cumple, el juego adolece un diseño bastante repetitivo y no demasiado pulido. Para compensar, ofrece una desbordante personalidad. El punto más flojo de SHADOWNS OF THE DAMMED es que se nos ha hecho corto. Queríamos un poco más, pero…

Si quieres divertirte, echarte algunas risas, y no preocuparte por nada excepto por apretar el gatillo en este paseo por el lado salvaje del infierno, éste es tu juego.

Esto es BAZINGA! donde la oscuridad no nos da miedo mientras nada que pueda salir de ella mancille nuestra colección de discos de metal.

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