OPINIÓN

NEED FOR SPEED: THE RUN - Aquellos chalados en sus locos cacharros

NEED FOR SPEED: THE RUN - Aquellos chalados en sus locos cacharros
NEED FOR SPEED: THE RUN - Aquellos chalados en sus locos cacharros
NEED FOR SPEED: THE RUN - Aquellos chalados en sus locos cacharros

Los más jóvenes del lugar tal vez no sepan lo que supuso jugar en PC al primer Need for the Speed, allá por 1994. Pero los más veteranos recordarán, con los ojos humedecidos, aquellos gráficos “realistas” y su jugabilidad endiablada. Han pasado 17 años y 17 videojuegos, y NFS es una saga clásica que ha probado mil y un inventos para renovarse en distintas plataformas. Su penúltimo experimente es el de mezclar conducción y cine. Y nos ha molado una barbaridad, ¿para qué engañarnos?

Las apuestas son altas para la carrera ilegal más importante de todos los tiempos. Una persecución sin tregua entere los pilotos más temerarios y las máquinas más potentes  en todo tipo de escenarios, de costa a costa de EEUU. La premisa es sencilla: llega el primero. Gana el dinero. Pero si somos realistas, tu meta debería ser: sobrevive. Y no es que conducir a todo trapo por complicadas carreteras de montaña sea un reto difícil, pero si a esto le sumamos a las esforzadas fuerzas de la ley y el orden, que quieren pararte los pies a cualquier precio, el asunto se complica. Y se complica todavía más cuando tiene a todos los mafiosos de gatillo fácil del país detrás tuya para saldar cuentas.

NFS: THE RUN es un juego de carreras, con toques cinematográficos. Diferentes retos en diferentes entornos de EEUU son el eje sobre el que se vertebra esta peligrosa road movie virtual. Por un lado, deberás superar estas pruebas (adelantar un número determinado de contrincantes, llegar primero o batir un tiempo, por ejemplo) para avanzar en el juego. Dependiendo de la calidad de tu conducción irás mejorando tu reputación y ganando puntos de experiencias que te permitirán mejorar el rendimiento de tu coche, y ya que estamos metidos en el hortera mundo del tunning, ponerlo bien maqueado, con tapacubos de bonitos colores y spoilers desproporcionados. Hasta aquí, parece un juego de carreras poco novedoso. Lo que hace especial a NFS: THE RUN es que la acción no transcurre sólo tras el volante. En determinados momentos nuestro protagonista deberá abandonar su vehículo y buscarse la vida como pueda. Es cierto que no son fases muy complicadas y que en general se resumen en una serie de quick-events, pero refuerzan una trama interesante. En general, el juego es uno de esos loables e interesantes esfuerzos por acercar los juegos al cine (o a las serie de TV, porque THE RUN tiene el formato perfecto para disfrutarlo por episodios). Y nos encanta.

El acabado técnico es sobresaliente. Los gráficos son detallados y variados. Los modelados realistas, y no hemos detectado ningún problema grave de texturado o de dibujado. Seguramente no llegue al rigor y al realismo de otros títulos, pero sin duda cumplen con creces con la espectacularidad que la historia exige. Tal vez el apartado sonoro sea el peor parado, ya que con tanta explosión, efecto y musicote (fantástica banda sonora), el ruido de motores y otros elementos sonoros de los coches quedan en un segundo plano.

NEED FOR SPEED: THE RUN - Aquellos chalados en sus locos cacharros

La jugabilidad es frenética. En las primeras partidas tal vez te cueste hacerte al control del coche, pero es algo que se soluciona en las primeras partidas. La variedad de retos, y sobre todo, de escenarios permiten que el juego no llegue a aburrir, y la jugabilidad le añade una importante dosis de enganche.  Por ponerle una pega, hemos echado en falta una vista interior de los coches que nos permitiera ver el volante y salpicadero. Y por contaros una anécdota, el trailer ha sido dirigido por Michael “explosiones” Bay.

Esto es BAZINGA!, donde la sangre se nos convierte en nitroso cuando jugamos al NFS.

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