Medal of Honor Warfighter - Medalla de chapa

Mientras su más directo competidor apostaba por darle un giro hacia la guerra futurista en la ambientación de su franquicia, EA apuesta por el realismo más crudo en MEDAL OF HONOR WARFIGHTER.

Protagonizado por un soldado de élite del Tier-1, nos metemos de lleno en la lucha global contra el terror. Esto es: ir pegando tiros por donde sea que nos plazca por todo el mundo en nombr de todo lo que es bueno y justo en nombre de Dios y el «american way of life».Que bien pensado, es una situación muy realista (tristemente). Un guión con los pies en la tierra, y muy cercano a la vida personal de los soldados protagonistas, es el papel de regalo en el que viene envuelto esta potente bomba de relojería técnica. Y es que el increíble motor gráfico Frostbyte 2, que ha demostrado ser revolucionario y apabullante, amenaza cada dos por tres con explotar en la cara del jugador. No haremos hincapié en el elevado número de fallos de programación de la versión PS3. Sólo destacaremos lo surrealista de un viaje al otro lado de la realidad, al más puro estilo «Dimensión Desconocida», que experimentamos en una de nuestras primeras partidas: con sólo cruzar una puerta de un edificio que debíamos explorar nos encontramos en una llanura infinita, sin retorno posible, que se extendía más allá de los que ningún jugador podría recorrer jamás, por muchos refrescos energéticos cargados de taurina que consumiera, mientras a su alrededor, suspendidos en el aire, se encontraban girando alocadamente elementos dispersos del escenario como escombros y vehículos. La peor pesadilla lisérgica de un programador.

Haciendo la vista gorda (pero que muy gorda) con ese tipo de bugs, el juego en general tiene un gran problema de jugabilidad. O lo que es lo mismo, en momentos determinados es una pesadilla jugarlo. Aunque técnicamente es una maravilla, de nada sirve ser un portento de la programación si el jugador se encuentra sin saber qué tiene que hacer en el escenario. En algunas ocasiones deberás seguir a la carrera a un compñero, éste girara a toda velocidad una esquina, y al girarla el jugador, su compañero ha desaparecido sin dejar rastro. ¿Dónde se ha metido? El sufrido protagonista deberá invertir valiosos minutos de su vida en explorar el escenario tratando de averiguar por dónde se ha ido el personaje al que debía acompañar. Esto ocurre en distintos momentos del juego. En general, el nivel de desorientación en altísimo: más de una vez no sabrás por dónde tirar. Es algo desesperante, que incluso puede llegar a ser delirante. Por ejemplo, en un nivel en el que protagonizamos una trepidante persecución motorizada a todo trapo por las estrechas calles de una ciudad, la voz que por radio nos guía no sabe distinguir entre derecha e izqueirda. Si sigues los consejos de semejante GPS disléxico más de una vez acabarás en un callejón sin salida, perdiendo a tu objetivo y teniendo que reiniciar el nivel.

Pero si eres un fanboy de la saga, y sabes perdonar este tipo de horribles situaciones, te encontrarás con un juego detallista y trepidante, que luce un motor gráfico realmente impresionante. Lástima que nadie le dedicase más tiempo (o más esfuerzo) a su testeo. Tal vez las prisas por llegar a las tiendas en navidades (como ha hecho la competencia) le ha pasado una factura que ahora no puede pagar (y que en realidad, como pasa siempre, tienen que pagar los jugadores).

Así, uno disfruta de Medal of Honor Warfighter, entre disgusto y disgusto. O bien se mete a hacer carrera (militar, se entiende) en el modo multijugador, éste sí, bastante más estable. Sin duda, el punto fuerte de este título. Podrás alistarte en cualquier a de las fuerzas especiales representativas de países de todo el mundo (bueno, de medio mundo, ya sabes que el otro medio es el enemigo...) y dar lucha sin tregua al terror (ahora sí, con todas las bebidas energéticas que puedas consumir).

Medal of Honor Warfigther ha supuesto un duro golpe para mis expectativas, especialmente tras disfrutar del anterior Medal of Honor (desarrollado por Dice en lugar de éste, desarrollado por Danger Close, que desde luego, se han lucido). Una auténtica lástima, porque con un poco más de pulido podría haber barrido a la competencia y haberse quedado solo en el campo de batalla.

Esto es Bazinga!, donde la guerra contra el terror es contra los bugs.

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