En esta ocasión Assassin’s Creed nos invita a visitar la época colonial, ponernos parche en el ojo, pata de palo, cara de malo y convertirnos en un temible pirata atrapado en la guerra secreta entre Templarios y Asesinos. Con esa premisa nos encontramos con el que posiblemente sea el mejor juego de la saga. O al menos el más ambicioso.
En un primer contacto el juego no ofrece nada nuevo, ni siquiera a nivel técnico. Tampoco funcionando sobre las novísimas consolas de Sony y Microsoft. Ni los gráficos deslumbran ni la mecánica de juega ha variado considerablemente. A pesar de ello, y tras unas primeras partidas, Assassin’s Creed 4 es el juego más adictivo e inmersivo de la saga.
En esta ocasión, Abstergo desarrolla un nuevo videojuego de piratas aplicando la tecnología del ánimos sobre el desconocido sujeto 17. Si eso te suena a chino es que nos has jugado a otros Assassin’s Creed, pero no pasa nada. Esta nueva entrega supone un estupendo punto de enganche para nuevos jugadores, ya que supone un nuevo arranque para la trama principal, evidentemente heredada de capítulos anteriores, pero con la suficiente autonomía como para que ningún nuevo jugador se quede descolgado.
En Assassin’s Creed 4 formaremos parte de un equipo de desarrollo de videojuegos en que que debemos probar un nuevo lanzamiento protagonizado por un aguerrido pirata. Una historia metatextual que servirá como excusa para contar un nuevo capítulo de la guerra secreta de dos sociedades secretas y su pugna por los conocimientos perdidos de una antigua civilización.
Una vez explicado esto, el juego se reduce en evolucionar por la historia convirtiéndote en el verdadero terror de los mares. Un pirata poderoso bajo cuya bandera negra puedan alinearse todo tipo de forajidos y hombres libres. Por el camino encontrarás puzzles en antiguos templos perdidos en la selva, tesoros en islas remotas, asesinatos, combates, peleas, un sin fin de abordajes, y mucho, mucho ron.
El juego mezclará muchos ingredientes distintos con un magistral equilibrio: aventura y exploración, combate, sigilo y ciertos toques de RPG. Respecto a las misiones de exploración, a pie, no encontraremos demasiadas novedades: un hombre, una capucha y dagas escondidas en la manga. No por falto de originalidad deja de ser divertido, a pesar de lo repetitivo de algunas misiones.
Es el la vida marina (o marinera) donde Assassin’s Creed 4 muestra su potencial. Explorar los mares, enzarzarse en combates navales, abordar buques en llamas, y una total libertad de movimientos para explorar un inmenso mapeado… Sin duda una experiencia original y muy bien implementada en el juego que podría haber servido de soporte para un juego que no dependiera de una saga.
Para completar la intensa, interesante y riquísima historia para un jugador, Assassin’s Creed vuelve a ofrecer un competitivo modo multijugador que alarga todavía más la vida de este juego.
Assassin’s Creed 4 tiene calidad y alicientes suficientes como para poder haber sido un juego que no necesitara de una franquicia conocida para atraer a los jugadores. Así de bueno es.
Esto es Bazinga!, donde a luna en el mar riela, en la lona gime el viento, y alza en blando movimiento olas de plata y azul.
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