Los templos del vino: bodegas en La Rioja y Jerez

  • Las rutas del vino españolas son tan diversas como sus tradiciones.
  • La Rioja apuesta por nuevas tendencias arquitectónicas en sus bodegas.
  • Las “bodegas catedral” de Jerez atraen a cientos de miles de turistas al año.
Bodega La Mezquita.
Bodega La Mezquita.
Bodegas
Bodega La Mezquita.

España es un país de contrastes y mezcla. Está lleno de paisajes opuestos, temperamentos dispares y tradiciones a veces inconexas. El vino parece que es una de esas cosas que tienen en común todos los territorios de nuestro país y, sin embargo, en cada lugar existe una cultura asociada a él muy distinta.

Los matices que hacen grandes a ciertos caldos sólo se descubren uniéndolos a su gastronomía y conociendo sus templos. Porque las bodegas ya no son sólo oscuros almacenes, hoy en día están impregnadas del espíritu y la tradición que las rodea. Dos de los mejores destinos para comprobar y disfrutar nuestras diferencias quizá sean La Rioja y Jerez.

Grandes arquitectos siembran La Rioja

En La Rioja, Álava y Navarra, zonas que comparten la famosa denominación de origen, la arquitectura y el vino van de la mano en sus rutas turísticas. Los empresarios del sector llevan años apostando por el diseño en la construcción de sus nuevas plantas y a sus campos se han asomado grandes arquitectos.

Zaha Hadid ha diseñado una boutique para López de Heredia Viña Tondonia, en la localidad riojana de Haro. Santiago Calatrava creó la bodega Ysios de Domecq y Philippe Mazières la de Pagos de Viña Real, ambas situadas en Laguardia. También en Álava, Frank Gehry hizo el proyecto del edificio de Marqués de Riscal en Elciego, como si de un pequeño Guggenheim se tratara. En Navarra, Rafael Moneo se encargó de las bodegas Señorío de Arínzano, situadas en Aberin.

La ruta que une todos estos puntos tiene poco más de 50 kilómetros y pasa por otros complejos de igual valor arquitectónico. En territorio riojano se pueden visitar las Bodegas Campo Viejo, cerca de Logroño, las Bodegas Regalía de Ollauri y las Bodegas Darien. En la localidad alavesa de Samaniego, destacan también las Bodegas Baigorri, proyectadas por el guipuzcoano Iñaki Azpiazu, y en Navarra se encuentran las del Señorío de Otazu, de los arquitectos Ana Fernández, José Luis Sota y Jaime Gaztelu.

En la mayoría de los casos se trata de diseños adaptados a las necesidades de la producción de vinos de calidad, pero que no renuncian a los nuevos materiales de construcción  ni a las formas sinuosas y los colores que caracterizan al caldo. Frente a los antiguos calados familiares, muchos de estos nuevos edificios tienen instalaciones que cubren todas las fases de la elaboración, consiguiendo que viticultores y enólogos trabajen codo con codo.

Las “bodegas catedral” de Jerez

En el Marco de Jerez, en Andalucía, la producción y la crianza de los vinos no se hace en las mismas instalaciones y la ruta para los aficionados de la cata, en este caso, se centra en tres localidades gaditanas: Jerez de la Frontera, el Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda.

Los edificios más representativos de esta zona son las “bodegas catedral”, los reservados a crianza, que se llaman así por su parecido a los templos religiosos. Plantas rectangulares y altos techos que en un principio cumplían una función, pero que en el siglo XIX comenzaron a construirse con interesantes diseños. De esa época datan la bodega de La Palma, situada dentro de la de La Mora de Osborne, en el Puerto de Santa María, o La Arboledilla de Barbadillo, en Sanlúcar de Barrameda.

En algunos casos los proyectos corrieron a cargo de grandes arquitectos. Gustav Eiffel firmó la cúpula de hierro de la bodega La Concha, de González Byass. Este edificio es sólo uno de los que tiene esta compañía comercializadora en Jerez de la Frontera, que a mediados del siglo XX construyó también la Bodega de Tío Pepe, siguiendo un diseño de Eduardo Torroja, y la de las Copas. Actualmente, estas instalaciones reciben unos 240.000 visitantes al año.

Otros dos edificios dignos de ser visitados en Jerez de la Frontera son la Gran Bodega de Domecq, que recibe el apodo de La Mezquita por su similitud con el templo de Córdoba,  y la de Williams & Humbert, que es la más grande de Europa con 180.000 metros cuadrados de superficie.

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