"Le pregunté si quería dormir al aire libre, hablamos y nos reímos mucho"

El verano pasado decidí hacer un viaje a Cádiz. Había planeado ir con mi novio, pero la historia terminó mal. Acabábamos de dejarlo después de cuatro años y yo estaba desgastada psicológicamente. Así que decidí ir sola, con lo mínimo: algo de dinero, un libro y un saco de dormir. No quería saber nada de nadie y me merecía ese descanso. Y así pasé una semana, sin hacer nada más que relajarme al sol y leer. Todo iba bien, hasta que una mañana bañándome, me corté el pie con una roca. Fui a urgencias y me hicieron varias curas. Pero tuve un problema con la tarjeta y tuve que abonarlo al momento. Me quedé con diez euros en el bolsillo. Se me pasó llamar a mi novio para que me recogiera, pero eso no habría sido consecuente.

Hice autostop, sin mucho éxito al principio. Sólo pasaban familias cargadas de niños o parejas, pero ninguno giraba la vista hacia mí. Cuando estaba marcando el número de mi hermana, una furgoneta vieja se paró mi lado. El copiloto me sonrió y me hizo un gesto con la cabeza. Me subí sin pensarlo. Eran tres amigos que estaban recorriendo España por la carretera. Su siguiente destino era la costa catalana. Uno de ellos, el copiloto, era encantador. Estuve hablando con él todo el viaje. Era guionista, un chico increíblemente sensible y con mucho sentido de humor. Le conté todo lo que me había pasado y, a medida lo hacía, iba relativizándolo. Me reí mucho con él.

Se desviaron para dejarme en Madrid. Y cuando me iba a bajar, él me invitó a seguir el viaje con ellos. Me apetecía mucho seguir conociéndole, compartir más moentos con él. Esa noche paramos en un pueblito para cenar.Sus amigos se retiraron pronto a descansar y nos quedamos él y yo solos. Hacía buen tiempo y le pregunté si le apetecía dormir al aire libre. Hablamos mucho, sobre todo, nos reímos mucho. Me besó y yo le seguí. Hicimos el amor en el campo. Y así todas las noches que duró el viaje. Era muy tierno, me sentía feliz a su lado.

Cuando nos despedimos, me preguntó si nos volveríamos a ver. Nos reencontramos en Madrid, pero no empezamos una relación por la distancia. Él vive en Sevilla. Ahora me arrepiento, hombres como él no se conocen todos los días.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento