Una ruptura sentimental puede afectar a nuestra salud, revela un estudio

Las rupturas sentimentales suelen ser experiencias traumáticas. La tristeza, la melancolía pueden derivar en depresión. Pero también puede tener efectos negativos en nuestra salud física. Es lo que concluye un estudio llevado a cabo por el Instituto de Investigación de la Medicina del Comportamiento, en la Universidad Estatal de Ohio, y que recoge la revista Time.

La psiquiatra Janice Kiecolt-Glaser, directora del Instituto, explica que las células del sistema inmune contienen receptores que reaccionan a muchas hormonas diferentes, incluyendo algunas relacionadas con el estrés, la depresión y otras respuestas emocionales inducidas por una ruptura.

Si una ruptura mantiene las hormonas de estrés elevadas durante semanas o meses, pueden producirse inflamaciones o incluso cambios en el intestino, bajando las defensas contra patógenos que causan enfermedades, además de hacer aumentar la sensación de dolor físico en enfermedades preexistentes.

Aproximadamente un tercio de las parejas sufre actualmente dependencia emocional o adicción al amor, lo que ocasiona otros problemas como la depresión y también es un "germen" de la violencia de género, según el presidente de la Academia Internacional de Sexología Médica, Francisco Cabello.

La dependencia emocional, las disfunciones sexuales en los jóvenes y las relaciones sexuales dolorosas en mujeres son algunos de los asuntos que se analizan en las V Jornadas Internacionales sobre Sexología Médica, que se clausuran este sábado en el centro cultural La Térmica de Málaga.

Según ha afirmado en un comunicado el doctor Cabello, entre las personas que padecen dependencia emocional la aparición de depresión es veinte veces más frecuente, y en un 49 por ciento de los casos termina habiendo algún tipo de violencia de género.

"Sin duda la dependencia emocional es el germen del alto nivel de violencia de género que estamos padeciendo actualmente", ha asegurado.

El director de las jornadas ha aludido a la preocupación que ha mostrado la Sociedad Europea de Medicina Sexual a raíz de que un estudio canadiense —Canadá es uno de los países con mejor educación sexual desde la escuela— desvelase que un 80 por ciento de chicos y chicas de entre 16 y 21 años padece alguna disfunción sexual.