Las redes sociales y los blogs sitúan al ciudadano en el centro de la información

"Siempre conectados".
"Siempre conectados".
PEDRO PERLES
"Siempre conectados".

La estructura tradicional del flujo de la comunicación en nuestra sociedad ha saltado por los aires con la llegada y desarrollo de los medios sociales.

De un modelo vertical en el que los medios de masas tenían como misión informar, formar y entretener a la ciudadanía, hemos pasado en poco tiempo a un paradigma horizontal en el que el usuario ha adquirido una posición de fuerza en cuanto a generación y difusión de contenidos.

¿Qué ha provocado esto? En primer lugar, que las fuentes de información se han multiplicado de manera exponencial: el auge de los blogs, los perfiles en las redes sociales, las cada vez más accesibles páginas web y las herramientas multimedia han convertido a la sociedad en juez y parte de una verdadera revolución en el modo de consumir y compartir información.

La clave de este proceso, sin duda, se encuentra en la interacción que caracteriza la web 2.0. Este componente bidireccional de la información ha convertido a los consumidores de información en prosumidores, puesto que todo el mundo tiene las mismas posibilidades de publicar y compartir contenido que los medios tradicionales, produciendo así una suerte de democratización del acceso a la información.

Si a esto le añadimos que la inmensa mayoría de herramientas son gratuitas y que están perfectamente integradas en las costumbres de una sociedad que ya no puede vivir sin los teléfonos inteligentes, el resultado es una convivencia, más o menos desigual en función de la temática, entre la información que emana de los tradicionales medios de comunicación y la que proviene de otras fuentes, como pueden ser los blogs y las webs especializadas o generalistas.

El nuevo escenario que se está configurando día a día, dada la vertiginosa velocidad a la que se están desarrollando los nuevos formatos, trae consigo un notable incremento de la información disponible en la red sobre temas especializados que los medios clásicos no han venido recogiendo: se cuentan por miles los blogs relacionados con temáticas que hasta hace unos años a duras penas podían salir de las bibliotecas y hoy están a un clic.

Sin embargo, este aspecto, que a priori es positivo, conlleva también un riesgo indudable: la profusión de contenidos en la red está inevitablemente reñida con la fiabilidad de la información que contiene. Porque todo lo publicado no es veraz por definición. De ahí que el gran reto sea saber filtrar la información, conocer las fuentes fiables e identificar los intereses comerciales que subyacen en multitud de blogs, webs y hasta los perfiles personales y profesionales en las redes sociales.

Así pues, una vez más, acudimos al concepto de educación y sentido crítico. Los medios sociales constituyen una excepcional oportunidad para hacer evolucionar el modelo comunicativo de nuestra sociedad; de los usuarios depende, eso sí, conocer sus claves, no dejarse arrastrar por los intereses de las fuentes y, en su papel de prosumidores, enriquecer con sus aportaciones un modelo de conocimiento colectivo que no solo se ha instalado ya en nuestro entorno, sino que avanza a un ritmo vertiginoso.

El desafío del universo 3.0

La evolución del lenguaje de internet es imparable, y ya se atisban los primeros pasos de la web 3.0 o web semántica. En ella, las búsquedas se podrán realizar con un lenguaje mucho más cercano al natural, que será interpretado por un sistema de inteligencia artificial capaz de entender las demandas del usuario y adaptar la respuesta a sus gustos y preferencias, gracias al cruce de los datos presentes en la red.

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