Comida mediterránea entre pasadizos del siglo XVII

  • El restaurante La Bodega de los Secretos contó en otra época con tres pasadizos clandestinos que se descubrieron durante las obras.
  • Puede hacerse una pequeña visita guiada por el restaurante para descubrir los secretos de su historia.
  • Cocina demercado que destaca por la calidad de sus productos.
El restaurante madrileño sirve comida mediterránea entre pasadizos de piedra del siglo XVII.
El restaurante madrileño sirve comida mediterránea entre pasadizos de piedra del siglo XVII.
LA BODEGA DE LOS SECRETOS
El restaurante madrileño sirve comida mediterránea entre pasadizos de piedra del siglo XVII.

Situado en una antigua bodega de principios del siglo XVII la esencia  de La Bodega de los Secretos reside en una cocina de mercado con recetas a las que se les ha dado un toque original. Una galería abovedada de la que surgen numerosos rincones con encanto en los que disfrutar de su amplia carta diseñada para todos los gustos.

Esta joya arquitectónica fue restaurada pero conserva su espacio original de 8 ocho kilómetros de juntas de ladrillo cocido. Luz tenue, manteles de lino, lámparas, cuadros antiguos y aparadores vintage conviven en perfecta armonía con otros adornos modernos, vasos de colores y vajillas originales.

La bodega, que puede visitarse previa petición, contó en otra época con tres pasadizos clandestinos que se descubrieron durante las obras y que eran utilizados por los comerciantes en el siglo XVII para evitar el impuesto que tenían que pagar si querían vender mercancía dentro de Madrid.

En los pasadizos aparecieron bayonetas de la época de Napoleón y armas de la Guerra Civil, se cree que se utilizaban para huir de las tropas enemigas. Uno de ellos se comunicaba con el antiguo hospital donde ahora se encuentra el Museo Reina Sofía.

La carta mezcla de manera acertada recetas de siempre como las cremosas croquetas caseras de jamón ibérico con otras más divertidas como el ceviche de pescado blanco, guacamole, leche de coco y espuma de mango. Destacan dentro de los entrantes los huevos cabreados – huevos rotos y salsa con toque picante-, un plato que se aleja del sabor tradicional.

restaurante

También hay sugerencias más ligeras, como las verduras de temporada a la brasa con salsa romesco y aroma de albahaca o el carpaccio de gambas con vinagreta de cítricos.

El momento dulce lo protagonizan desde el coulant templado de chocolate hasta el crumble de reineta, almendra molida, caramelo y helado de vainilla.

Calle San Blas, 4 (Madrid) Horario: de lunes a sábado 13.30-17.00 y 20.30-00.00h. Domingos cerrado

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