Investigadores españoles mejoran el diagnóstico y tratamiento de varios cánceres

  • Describen cinco mutaciones genéticas en el cáncer de colon que predicen su resistencia a la quimioterapia, y un marcador que permite conocer su eficacia.
  • Demuestran que un fármaco frena el crecimiento de los glioblastomas.
  • Logran mejorar el resultado de la cirugía en pacientes con cáncer de ovario.
Imagen histopatológica de carcinoide de colon.
Imagen histopatológica de carcinoide de colon.
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Imagen histopatológica de carcinoide de colon.

Coincidiendo con con el congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, en sus siglas en inglés) que se celebra estos días en Chicago (Estados Unidos), varios investigadores españoles han publicado cuatro estudios que podrían ser clave en la lucha contra el cáncer de colon, el de ovario en estadios avanzados y el glioblastoma, uno de los tumores cerebrales más comunes.

Por un lado, oncólogos del Hospital del Mar de Barcelona han identificado cinco nuevas mutaciones genéticas del cáncer de colon que predicen si habrá resistencia al tratamiento quimioterápico más habitual. Los mismos investigadores ya identificaron otra en 2012, con lo que ya se han descrito seis alteraciones del gen EFGR (receptor del factor de crecimiento epidérmico) que aparecen en el transcurso de la enfermedad y hacen que el paciente deje de responder a la quimioterapia y el tumor crezca porque las células encuentran rutas alternativas para proliferar.

El cáncer de colon o colorrectal es la neoplasia de mayor incidencia en España, tanto en hombres como en mujeres, con más de 30.000 nuevos casos anuales y un elevado índice de mortalidad. La supervivencia de los pacientes que son diagnosticados en fase avanzada de la enfermedad no ha mejorado significativamente desde hace muchos años, mientras que la base del tratamiento sigue siendo el uso de la quimioterapia de forma indiscriminada en todos los pacientes.

La investigación, publicada en la revista ClinicalCancerResearch, concluye que estas alteraciones tienen mecanismos de resistencia al fármaco cetuximab, un anticuerpo monoclonal que se administra como tratamiento más habitual en los pacientes con cáncer de colon. Sin embargo, también ha demostrado que los pacientes que presentan estas mutaciones pueden responder a otros fármacos disponibles como el panitunumab o el nuevo anticuerpo Sym004 (en fase clínica).

"Por lo tanto, conocer si el paciente presenta o no estas mutaciones determina la precisa elección y el éxito del tratamiento", ha indicado el jefe de Servicio de Oncología del Hospital del Mar, Joan Albanell. En este sentido, ha destacado la importancia de la biopsia líquida porque permite hacer una "fotografía" del momento en que se encuentra el tumor, sus mutaciones y cómo está respondiendo al tratamiento. "Los cánceres de colon se adaptan y modifican de manera continua en función del tratamiento que reciben los pacientes", ha agregado.

Por otro lado, científicos del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols y del Servicio de Anatomía Patológica de la Fundación Jiménez Díaz han identificado la presencia de una proteína en el núcleo de las células tumorales como un nuevo marcador de respuesta a la quimioterapia empleada en cáncer de colon, que abre nuevas perspectivas para la medicina personalizada. Aunque el uso de la quimioterapia constituye un beneficio en términos globales, la ausencia de marcadores de su actividad que permitan una adecuada selección de los pacientes susceptibles de beneficiarse de ella conlleva tratamientos y toxicidades innecesarias y elevados costes sanitarios.

El estudio, publicado en la revista Oncotarget y que ha contado con el apoyo de varios hospitales y universidades, concluye que la expresión de la proteína Dickkopf-1 (DKK-1) en las células de los tumores de colon predice la respuesta de los pacientes a los tratamientos clásicos con quimioterapia: su presencia se asocia a una peor respuesta y menor supervivencia.

Frenar el avance del glioblastoma

Un estudio de la Unidad Multidisciplinar de Neurooncología del Hospital 12 de Octubre, en colaboración con el Instituto de Salud Carlos III, muestra cómo frenar el crecimiento de algunos tipos de glioblastoma, considerado unos de los tumores cerebrales más comunes y cuya mortalidad que se sitúa en torno a los 14 meses tras el diagnóstico.

En concreto, el estudio se basa en los efectos de un fármaco que detiene los mecanismos de activación de la proteína EGFR, que está implicada en la evolución de este tipo de tumor cerebral. Tras administrárselo a ratones, los investigadores observaron una disminución drástica del crecimiento tumoral en aquéllos que tenían la proteína EGFR muy activa por amplificaciones o mutaciones en el gen.

En base a estos resultados, publicados en la revista internacional Molecular Cancer Therapeutics, se iniciaron recientemente un ensayo clínico en humanos y cuyas conclusiones definitivas del ensayo clínico se conocerán a primeros de 2016, pero ya se ha visto una reducción significativa del glioblastoma en algunos de los pacientes frente a otros en los que no se han producido ningún cambio. Ahora, los investigadores están buscando las diferencias genéticas en los casos que han respondido respecto a los demás.

Mejorar la cirugía contra el cáncer de ovario

El Grupo Español de Investigación en Cáncer de Ovario (GEICO) ha liderado un estudio, en el que han participado 13 hospitales españoles, que ha demostrado que una nueva estrategia terapéutica neoadyuvante permite mejorar el resultado de la cirugía frente al cáncer de ovario avanzado, combinando quimioterapia y una terapia biológica antes de la intervención quirúrgica.

Hasta ahora la neoadyuvancia se aplica exclusivamente con quimioterapia cuando a la paciente se le diagnostica la enfermedad en fase avanzada y de inicio no puede ser operada. El objetivo era analizar el uso experimental de bevacizumab añadido a la quimioterapia antes de la cirugía. Además, tras la operación las pacientes recibieron también esta terapia biológica —en dosis de 15 miligramos/kilo— durante 15 meses. El tratamiento mejoró las tasas de cirugías en las pacientes que pudieron cumplir todo el protocolo terapéutico (los cuatro ciclos) y planificación de cirugía.

El no poder ser operadas, "empeora mucho el pronóstico, reduciéndose muy claramente su supervivencia y su calidad de vida", ha explicado Yolanda García, de la Corporación Sanitaria Parc Taulí de Sabadell (Barcelona) y una de las autoras del estudio, que reconoce que una intervención quirúrgica con resultado de cirugía óptima (sin lesiones residuales) es uno de los factores pronósticos más significativos de cara a la supervivencia. Además, los cuatro ciclos de bevacizumab y la quimioterapia fueron mejor tolerados y con menor toxicidad que el tratamiento estándar sólo con quimioterapia.

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