El Palacio Real de Olite, el gótico francés en el Reino de Navarra

  • El rey Carlos III de Navarra quiso que su palacio siguiera el estilo gótico francés, mucho más expresivo y rico en adornos que el español.
  • En la Torre del Homenaje están los aposentos reales: hay que subir 133 peldaños.
  • No queda rastro de sus jardines colgantes que se suspendían a 20 m. del suelo.
Una vista general del Palacio Real de Olite.
Una vista general del Palacio Real de Olite.
WIKIPEDIA/Jorab
Una vista general del Palacio Real de Olite.

Olite no tiene castillo, tiene palacio. Entre la Navarra montañosa y el Valle del Ebro, Olite fue capital del reino navarro. De aquellos tiempos gloriosos habla el Palacio Real de Olite, su símbolo más visible.

Del edificio son autores sus arquitectos, pero de la idea lo fue su fundador Carlos III el Noble, que fue rey de Navarra entre 1361 y 1425. El monarca nació y se crió en Francia y eso se nota en su castillo que es palacio.

Existía y existe el Palacio Viejo (hoy un Parador Nacional). Pero junto a éste, el rey Carlos decidió edificar el Palacio Nuevo. Para ello se basó en lo que había visto dede niño: el gótico francés, mucho más expresivo y rico en adornos que el español.

Las obras se llevaron a cabo entre 1402 y 1424. El afrancesado monarca apostó por estancias llenas de buen gusto, como el Tocador de la Reina, en honor de Leonor de Trastámara, su esposa.

En la Torre del Homenaje, de casi 40 metros de altura, están los aposentos reales. Para llegar a la cima hay que subir 133 peldaños. Claro que el esfuerzo merece la pena: las vistas sobre Olite y su comarca son excepcionales.

A pesar de su excelente estado, lo que hoy vemos no es más que un reflejo de lo que fue en su día. Eran famosos los jardines colgantes que se suspendían a 20 metros del suelo, provistos de plantas y flores de todo el orbe. Para que el patio no se hundiera por tanto peso se levantó una sala de arquería subterránea para hacer de contrafuerte. Es la Sala de los Arcos o de los Murciélagos.

Aunque hoy no veamos todo lo que fue, el rey Carlos parece ser que logró lo que se proponía, que su castillo provocara la admiración de sus huéspedes. Un viajero alemán del siglo XV escribió: "Estoy seguro de que no hay rey que tenga palacio ni castillo más hermoso, de más habitaciones doradas".

Años después, su nieto, el Príncipe de Viana, completó el palacio con un bestiario compuesto de jirafas, leones, camellos y aves exóticas. Todavía se aprecian en el Patio de la Pajarera los restos del aviario.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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