La Rioja Alta, eterno culto al vino: ocho planes para descubrirla

  • En Ábalos, la sucesión de palacios y casonas parece de decorado de película.
  • La torrecita de las bodegas López Heredia es uno de los emblemas de Haro.
  • De fiesta, en San Vicente, la tradición de los picaos y en Haro, la batalla del vino.
  • Para comer, borrajas, pochas, caparrones, patatas con chorizo, chuletillas…
Viñedos en la localidad riojana de Briñas en pleno otoño.
Viñedos en la localidad riojana de Briñas en pleno otoño.
WIKIPEDIA/Shaury
Viñedos en la localidad riojana de Briñas en pleno otoño.

Hablamos de vino, hablamos de La Rioja y en este caso de La Rioja Alta. Sus tierras tienen unas perfectas condiciones para el cultivo de la vid. La sierra de Cantabria protege el Valle del Ebro de los vientos del norte y el clima es mucho más suave que el de las provincias que la rodean. Por eso, y por la calidad del suelo, en esta región siempre se cultivó la vid.

Pero el auténtico impulso a La Rioja llegó a mediados del siglo XIX, cuando algunos propietarios importaron las técnicas enológicas francesas, respetando las variedades autóctonas de uva: tempranillo, garnacha, mazuelo y graciano. Las bodegas cambiaron así para siempre la manera de hacer vino. Así comenzó la historia de lo que es, tras el  Jerez, el vino más internacional de España, el Rioja.

Recorrer estas tierras es recorrer viñedos, bodegas, pero también patrimonio artístico. Planes para disfrutar de La Rioja Alta hay muchos, aquí van unos cuantos.

Para recorrer

El casco urbano de Haro corresponde al de una población rica, con edificios señoriales y una cierta sensación de vida confortable.  A pie descubrimos monumentos tan coquetos como el edificio barroco del Banco de España, el convento de los Agustinos –hoy hotel–, el torreón medieval, ahora Museo de Arte Contemporáneo o la plaza de la Paz, en torno a la que discurre la vida cotidiana de Haro.

Para sorprenderse

Ábalos es un pueblo sorprendente. La sucesión de palacios y casonas es continua. Ábalos casi parece el decorado de una película de época. Merece la pena perderse entre sus callejas para llegar a la iglesia de San Esteban Protomártir y admirar su pórtico, muy original, quizá el mejor de todo el renacimiento riojano.

Para comer y disfrutar

La gastronomía riojana se asienta, sobre todo, en los productos de su fértil huerta: ensaladas con lechuga, tomate y cebolla, menestra de verduras, borrajas, alcachofas, alubias, especialmente, las pochas y los caparrones. Las patatas con chorizo y las chuletillas de cordero conforman el menú riojano más popular.

Para admirar

La torrecita en madera de las bodegas López Heredia se ha convertido en uno de los emblemas de Haro. Aunque se mantiene la bodega original, de estilo modernista. Junto a ella la nueva construcción en acero y cristal que lleva la firma de la arquitecta iraní Zaha Hadid, una de las más reputadas del mundo.

Para comprar

Además de la alfarería tradicional riojana y de algún producto peculiar relacionado con el vino como las botas de cuero para guardarlo y beberlo, las compras más oportunas tienen que ver con la riqueza gastronómica de la región. Vino, claro, pero también embutidos como el chorizo o foie-gras de la sierra camerana.

Para sumilleres

En el Museo de la Cultura del Vino de la Dinastía Vivanco, en Briones, se puede realizar un completo recorrido por la cultura enológica, desde aperos tradicionales hasta un repaso al proceso de la vid, pasando por obras de arte… si hasta muestran obras de Picasso, Sorolla o Miró.

Para ir de fiesta

En San Vicente, la sobrecogedora tradición medieval de los picaos. En Semana Santa y los domingos siguientes al 3 de mayo y al 14 de septiembre, varios disciplinantes avanzan en procesión mientras golpean sus espaldas con látigos y se abren las heridas con cristales. En Haro, el 29 de junio, la batalla del vino. Lugareños y forasteros rellenan recipientes con vino y en los Riscos de Bilibio libran una batalla en la que todos acaban empapados.

Para descubrir

Entre Labastida y Ábalos, un carretera conduce a la iglesia románica de Santa María de la Piscina. Se trata de un templo románico del siglo XI que domina un paraje singular: todo el valle del Ebro, con un castillo en cada colina.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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