Los malos hábitos alimenticios afectan a la calidad del sueño

  • Un 20% de la población padece insomnio.
  • Los trastornos derivados de la ansiedad podrían haber aumentado por la crisis.
  • Es recomendable acostarse a la misma hora y evitar hacerlo después de comer.
Una mujer, incapaz de conciliar el sueño, mira a su despertador.
Una mujer, incapaz de conciliar el sueño, mira a su despertador.
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Una mujer, incapaz de conciliar el sueño, mira a su despertador.

Un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo. El sueño es una parte fundamental de nuestra salud. Pero los trastornos del sueño, de los que hay un centenar, son muy habituales y más con el estilo de vida que llevamos en la sociedad actual. Este viernes se celebra el Día Mundial del Sueño.

Los trastornos del sueño son básicamente cuatro:

Insomnio: problemas para conciliar el sueño y permanecer dormido.

Somnolencia diurna excesiva: problemas para permanecer despierto.

Ritmo de sueño: problemas para mantener un horario regular de sueño.

Comportamientos inusuales: conductas que interrumpen el sueño.

De estos trastornos el más prevalente es el insomnio, que sufren de forma crónica un 20% de la población y puede tener múltiples causas.

Estos problemas están relacionados directamente con los malos hábitos, ya sean alimenticios o saludables, y con una vida poco ordenada. No dormir bien es algo que se paga al día siguiente.

Hábitos buenos y malos

El jefe del servicio de neurología del Hospital Virgen de la Concha de Zamora, Juan José Ruiz, destaca que "la gran mayoría de los trastornos del sueño tienen relación directa con malos hábitos, porque aquel que tiene un mal hábito alimenticio o de salud, no tiene sólo uno, tiene varios y relacionados entre sí, y eso afecta directamente al sueño".

Problemas como las apneas o las piernas inquietas se pueden corregir si se mejoran los hábitos y se cambia la conducta. Ocurre, sin embargo, que la adherencia a un tratamiento de hábitos es más difícil que un tratamiento farmacológico.

En el lado opuesto a los trastornos del sueño está el exceso de horas durmiendo, que también es malo: "La virtud está en el equilibrio, dormir entre 6 y 8 horas es lo ideal para un adulto, aunque no pasa nada si se llega a las 9 horas de sueño diario", comenta el doctor Ruiz.

Además, la crisis podría haber aumentado los trastornos del sueño derivados de un estado de ansiedad mantenido. Lo asegura el doctor Antonio Yusta Izquierdo, neurólogo del Hospital USP San Camilo de Madrid, quien recomienda evitar la automedicación en cualquier caso, pues su abuso crónico tiene importantes efectos secundarios.

Siete consejos para un buen descanso

  1. Acostarse siempre a la misma hora.
  2. Evitar acostarse con hambre o después de comer.
  3. Acostarse para dormir sólo cuando se tenga sueño.
  4. Hacer ejercicios de relajación (no ejercicio físico) antes de dormir.
  5. No utilizar la cama para leer o ver la televisión.
  6. No tomar café, té o alcohol antes de dormir.
  7. Procurar levantarse siempre a la misma hora.
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