Siena, la Italia más medieval

  • La ciudad gira en torno a la plaza del Campo.
  • La Enoteca de Italia se encuentra en la Fortaleza de los Médicis.
  • La carrera de “Il Palio” tiene lugar sin interrupción, al menos, desde 1644.
La Catedral (Duomo), realizada en mármol blanco y negro.
La Catedral (Duomo), realizada en mármol blanco y negro.
Parmesana
La Catedral (Duomo), realizada en mármol blanco y negro.

En pleno corazón de la Toscana italiana, entre colinas repletas de vides y olivos, surge Siena, fundada, por Senio y Ascanio, hijos de Remo, hermano del fundador de Roma, Rómulo. Su aire medieval nos hace viajar en el tiempo, a un pasado, a la vez, glorioso y decadente, y entre sus angostas calles se esconde la piazza del Campo, una plaza única en el mundo y escenario de la más singular carrera de caballos, “Il Palio”, seña de identidad, de su historia y su cultura.

Diferentes formas de conocerla

Sus amplias avenidas contrastan con las estrechas callejuelas que uno recorre cuando se adentra en el corazón de la ciudad, y entre las que se encuentra una de las universidades más antiguas de Europa. Característico resulta el ocre de sus edificios y el estilo gótico, que, con sus matices, se desarrolló en la ciudad. Ejemplo de ello es la Catedral (Duomo), realizada en mármol blanco y negro.

Una de las formas de descubrir la ciudad es recorrer sus “Tercios”. Originariamente, Siena se encontraba dividida en “Tercios”, en los que hoy se concentran la mayoría de los lugares más conocidos. El “Tercio de la Ciudad” fue la primera zona habitada de Siena. Configurada en torno a la plaza Postierla, en esta área se encuentran, además de la Catedral, la Pinacoteca Nacional y el Centro de Arte Contemporáneo (palazzo delle Papesse). El “Tercio de Camollia” toma su nombre de una de las puertas de la ciudad. Aquí se hallan, además de la calle más famosa para ir de compras, la via Banchi di Sopra, numerosas basílicas, entre ellas la de Santa Maria in Provenzano.

Finalmente, el “Tercio di San Martino y Piazza del Campo”, en torno a la via Francigena, arteria que era tomada por los peregrinos en su camino a Roma. Además de la conocida plaza, llama también la atención la Torre del Mangia, el Palacio Público y el Museo Cívico.

Pero Siena es una ciudad comprometida con el medio ambiente y ha desarrollado una opción de turismo sostenible, a través de un programa conocido como “Senderismo Urbano”, que nació en 2002. Ciudad que vive para y por el arte, aunque con fuertes desniveles, es ideal para recorrer a pie y no dejar de mirar hacia arriba.

Deporte y arte se dan la mano en esta actividad al aire libre, que propone itinerarios alternativos, calles, plazas, escalinatas, recorridas diariamente por los residentes. Una manera de comprender mejor la ciudad y la identidad de su gente a través del ejercicio físico, mental y de atracciones menos conocidas. Cuatro son las propuestas: “Para jóvenes exploradores”, “Senderismo entre callejuelas y jardines”, “Senderismo entre arte y naturaleza” y “Senderismo… impresionante”.

“Il Palio”, tradición e historia

Un año entero de trabajo, de discusiones y de debates, se concentra en apenas dos minutos de carrera intensa, en la fiesta más importante de la tradición sienesa. El corazón desde el que late esta ciudad toscana, la piazza del Campo es el escenario de esta competición que debe su nombre a un preciado tejido de la Siena medieval, el “pallium”, que el ganador entregaba a su iglesia.

Perfectamente engalanada para la ocasión con banderas y estandartes, llena de colorido, esta plaza con forma de abanico también acoge todos los acontecimientos previos a la carrera.

El habitante de Siena, se siente, ante todo habitante de una “contrada” (barrio) y, posteriormente, de la ciudad, que se divide en diecisiete “contradas”. La rivalidad forma parte del ambiente en los meses previos y las diferentes secciones se desafían. Diez son las que corren por carrera y a cada una se le asigna un caballo, que competirá mientras miles de personas animan.

Se  hacen dos corridas al año, una el 2 de julio y otra el 16 de agosto. Oficialmente, las fiestas de “Il Palio” se inician tres días antes, aunque ya con anterioridad se siente que algo se está “cociendo”. Durante estos días hay banquetes, se bendicen los caballos, hay todo tipo de celebraciones y desfiles. Los habitantes participan completamente de esta tradición y se visten con los colores de su zona. La música y los cantos se oyen a todas horas.

Los dos días grandes son sorprendentes. Desde primera hora la gente va llenando la plaza. No importa el sol o el calor. Los asientos que se distribuyen alrededor de la misma han sido vendidos hasta ocho meses antes. Poco antes del inicio de la carrera, se cierra la plaza y comienza el espectáculo. Y con apenas tiempo para que el polvo que levanta la carrera apresurada de los caballos se vuelva a asentar, todo ha terminado.

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