La empresa Apple dirigida por Tim Cook admitió que estaba ralentizando el funcionamiento de varios de los modelos de iPhone a través de la actualizaciones de su sistema operativo, según el gigante norteamericano, para prevenir que esos dispositivos se sobrecargasen y apagasen. Sin embargo, no lo comunicó a sus usuarios, lo que según los abogados genero problemas mayores, pues estos pensaron que se trataba de un problema de obsolescencia y eso les llevó a comprar nuevos modelos. Algunos usuarios, de hecho, consideraron que el objetivo de Apple era empeorar el funcionamiento de sus móviles para incentivar la compra de nuevos teléfonos y baterías. Tras una demanda colectiva por parte de un grupo importante de usuarios, ambas partes han llegado a un acuerdo antes incluso de llegar a los tribunales.