Valladolid hay que descubrirla callejeando y con calma. Un valioso patrimonio monumental, edificios históricos, fachadas sorprendentes y muchos bares de tapas son algunos de los atractivos de este destino que está a tan solo dos horas y media de Madrid, en coche.
La Plaza de San Pablo
Esta plaza es uno de los lugares que no debes perderte. En ella se encuentra el Palacio Real, el Palacio de Pimentel y la iglesia de San Pablo, que destaca por su impresionante fachada, y también porque en este templo fueron bautizados Felipe IV y Felipe II, y además está enterrado el Duque de Lerma.
La Catedral inconclusa
Diseñada por el arquitecto Juan de Herrera en el siglo XVI, es el edificio histórico más importante de Valladolid. Estaba previsto que se convirtiera en la más grande de Europa, pero la falta de financiación y algunos problemas con la cimentación, provocaron que no se pudiese completar la obra. Al no estar terminada, se la conoce popularmente como la Catedral inconclusa. Te aconsejamos que subas hasta la torre, desde su mirador a 70 metros de altura, encontrarás unas bonitas vistas.
La Plaza Mayor
Reconstruida en el siglo XVI, a imagen de las de Salamanca y Madrid tras ser arrasada por un incendio, hoy es el principal punto de encuentro de turistas y vallisoletanos. Cerrada y con soportales, la Plaza Mayor de Valladolid es una de las más grandes de España. En ella se encuentra la Casa Consistorial, sede del Ayuntamiento. Este edificio cuenta con una bonita fachada barroca que se ilumina por la noche ofreciendo una imagen espectacular. Y en el centro de la plaza, la estatua del conde Pedro Ansúrez, el fundador de la ciudad.
Y estás en el lugar perfecto para ver las dos calles más bonitas de Valladolid, ya que están junto a la Plaza Mayor. Seguro que en un momento u otro pasarás por ellas. Son la peatonal calle Santiago y la calle Cebadería, con las columnas y los soportales tan característicos de la ciudad.
La Plaza del Viejo Coso
Fue la primera plaza de toros de la ciudad y es, sin duda, uno de los rincones más especiales. Construida en planta octogonal en 1833, hoy la plaza la ocupan viviendas de dos alturas, donde no faltan los balcones que eran los antiguos palcos, y que le dan un encanto muy especial. No es uno de los lugares más conocidos, ni siquiera para los vallisoletanos, pero sí es uno de los más singulares y bellos.
De barra en barra
Hay muchas maneras de descubrir un destino, y uno de los más agradecidos es a través de su gastronomía. Y en esto, Valladolid te dejará el mejor sabor de boca. Te sorprenderá la cantidad de pinchos que inundan las barras de los bares.
Te aconsejamos que te pases por el restaurado Mercado del Val, el más antiguo de la ciudad, que cuenta con una estructura de hierro, que es una obra de arte en sí misma. Dentro se encuentran los típicos puestos del mercado y también algunos gastrobares donde picar algo. También en los alrededores de la Plaza Mayor y en la Plaza de San Martín podrás ponerte las botas en algunos de los bares más premiados en el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas.
La iglesia de San Benito
Y después de reponer fuerzas, puedes visitar la iglesia de San Benito, que se encuentra justo al lado del Mercado del Val. Es imposible que te pase desapercibida gracias a su imponente fachada de piedra que parece asemejarse a una especie de fotaleza. Cuando se construyó, el pórtico principal tenía mucha más altura, pero en el siglo XIX se eliminó por peligro de derrumbamiento.
El parque del Campo Grande
Este parque romántico y de forma triangular, está repleto de maravillas. Para remontarnos a su origen hay que trasladarse hasta el siglo XVIII, cuando se llamaba Campo de la Verdad. Hoy, en sus 115.000 metros cuadrados te encontrarás con fuentes, estatuas, cascadas y una espectacular variedad de flora y fauna, que incluye hasta pavos reales y faisanes. Es el pulmón verde de la ciudad y el mejor lugar para unos momentos de relax y desconexión.
Calle de la Acera de Recoletos
Y no te puedes ir de Valladolid sin recorrer esta elegante calle que acoge a los edificios más bonitos y antiguos de todo Valladolid. Se encuentra junto a la plaza Zorrilla y en un lateral del Campo Grande, y durante el paseo podrás admirar construcciones tan emblemáticas como Casa Mantilla, la Casa Resines y la Casa del Príncipe.
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