Planes para disfrutar en invierno de lo más auténtico de Mallorca y Menorca

Lighthouse of Cap de Formentor, Mallorca, Balearic Islands, Spain around Sunset.
Puesta de sol en el cabo de Formentor (Mallorca).
Getty Images/iStockphoto
Lighthouse of Cap de Formentor, Mallorca, Balearic Islands, Spain around Sunset.

Las islas Gimnesias (en griego antiguo, Gymnēsiai) es el nombre dado por los antiguos griegos a las dos islas mayores de las Baleares, Mallorca y Menorca, habitadas entonces por el pueblo talayótico. Los griegos distinguían así estas islas de las Pitiusas (Ibiza y Formentera). En esta época del año, ambas islas ofrecen planes y experiencias singulares amparadas por el menor nivel de turismo presente. El sol mediterráneo asoma con timidez en invierno cuando la brisa marina despeja el cielo de nubes, y entonces la luminosidad invita a recorrer la historia y las tradiciones baleares, a contemplar y disfrutar del mar desde miradores exclusivos y a degustar su exquisita gastronomía y sus cada vez mejores vinos.

El invierno balear invita a contemplar el mar desde miradores exclusivos y a degustar su exquisita gastronomía y sus cada vez mejores vinos

Mar y montaña

El binomio mar y montaña alcanza aquí asimismo su máxima expresión, porque las Baleares no son solo playas y costa y en esta época las islas y sus campos se pintan de verde. Estos planes y experiencias permiten descubrir un destino lleno de contrastes, con el mar siempre como telón de fondo en un entorno apacible y, sobre todo, saludable y seguro. La tercera letra S presente en los viajes actuales, la de la sostenibilidad, se encuentra y se percibe fácilmente a lo largo de las islas, desde la política que aplican hoteles como los del grupo Iberostar, con la eliminación de todo tipo de plásticos en sus instalaciones y un uso responsable del agua y la energía, hasta el alquiler de coches eléctricos emisiones cero de empresas como Sixt rent a car.

Puerto de Ciudadela, en Menorca.
Puerto de Ciudadela, en Menorca.
Tono Balaguer

Circuito combinado

La agencia Newblue (newblue.es) propone un circuito combinado por las dos islas a medida del viajero, con llegada desde el aeropuerto de origen a Mallorca, vuelo posterior entre Mallorca y Menorca y vuelo final desde Menorca al aeropuerto de origen. Incluye estancia en los hoteles y habitaciones reservadas, además de asistencia en destino y seguro. Estos son algunos planes y algunas recomendaciones a tener en cuenta en las dos Gimnesias.

Vista aérea de la catedral y el casco viejo de Palma.
Vista aérea de la catedral y el casco viejo de Palma.
Getty Images/iStockphoto

La catedral y el casco viejo de Palma

Si hay un experiencia ineludible en Mallorca, esa es pasear por el casco viejo de Palma (ojo, refiérase a la ciudad frente a sus moradores solo como Palma, no Palma de Mallorca), en los alrededores de su catedral, de estilo gótico levantino, dedicada a la Virgen María y una de las más grandes de España. Y si la escapada le pilla en fechas navideñas, haga lo posible por asistir a la misa de Nochebuena para contemplar el Canto de la Sibila, fiesta declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Hacia el este de la catedral se extiende el casco antiguo de Palma, troquelado de pequeñas calles llenas de encanto. Las puertas con rejas de hierro esconden los patios donde antaño las familias nobles y adineradas recibían a sus convidados y casi resuenan los ecos de los carruajes de caballos cuando se detenían con estrépito. En estos patios confluía y se gestaba la vida púbica y la privada. Algunos patios mantienen las flores, plantas y el colorido de los tiempos pasados; otros se han convertido en tiendas de lujo o en coquetos restaurantes. Para las carteras más potentes, Rialto Living LifeStyle Store, en la calle San Feliu, es su sitio, con precios superiores a 300 euros por un solo almohadón; el resto de mortales pueden entrar y admirar la cuidadosa restauración que ha experimentado este palacio barroco del siglo XVIII.

Vista general de la factoría de sal artesanal Flor de Sal Des Trenc, al sur de Mallorca.
Vista general de la factoría de sal artesanal Flor de Sal d'es Trenc, al sur de Mallorca.
Getty Images/iStockphoto

Flamencos con Flor de Sal

Una visita guiada a las Salinas d‘es Trenc, al sur de la isla de Mallorca, dentro del Parque Natural marítimo-terrestre Es Trenc-Salobrar de Campos, combina aprender los secretos de la famosa flor de sal (sal marina recolectada de manera artesanal) con el avistamiento de aves tan singulares como lo flamencos que han elegido como su hogar a este parque natural. Laura Calvo, el alma mater de esta factoría natural, traslada su entusiasmo y su vasto conocimiento sobre esta agricultura del mar a los visitantes para que disfruten y aprendan con los secretos de este producto universal, utilizado en todo el mundo y origen de la palabra salario (la sal ya era utilizada como medio e pago por los romanos). Reserve una visita guiada en su web y llévese al menos un puñado de sal a su casa. flordesaldestrenc.com

Calle de la localidad de Valldemosa, Mallorca.
Calle de Valldemosa, bella localidad en la parte occidental de Mallorca.
Getty Images/iStockphoto

La santa de Valldemosa

En cualquier encuesta sobre los pueblos más bonitos de Baleares siempre estará presente Valldemosa. Ubicado en las estribaciones orientales de la sierra de Tramuntana, es un lujo pasear por sus empedradas calles aromatizadas por las coloridas flores de las ventanas. Aquí está el antiguo monasterio que alojó a Frederic Chopin y a la escritora George Sand, que habló bien del pueblo, pero no de sus moradores por la estrechez moral de la época. En la puerta de casi todas las casas hay pegado un colorido azulejo con la imagen de Santa Catalina Thomas, porque Valldemosa tiene su propia santa y se puede visitar su casa natal. Para comer, pruebe los platos auténticos de la zona en el restaurante hostal Ca’n Mario, en la calle Uetam (reverso de Mateu). Si no se pernocta aquí, busque por las fachadas de la villa el distintivo ETV (Estancia Turística en Vivienda) como opción de alojamiento alternativo.

Bodega
Bodega Can Axartell, enclavada en una antigua cantera.
Luis Uribarri

Enoturismo en la sierra de Tramuntana

Si le gusta el enoturismo, diríjase hacia Pollença, en el extremo septentrional de la isla de Mallorca, y reserve una visita a la bodega Can Axartell, en plena sierra de Tramuntana. Enclavado en una antigua cantera, el edificio de la bodega se incrusta en el paisaje y merece una visita por sí mismo. Porque Can Axartell es una combinación única de tradición y modernidad en la viticultura mallorquina. La finca, compuesta de viñedos, olivares, bosques, montañas y torrentes, estuvo abandonada durante mucho tiempo antes de ser redescubierta en los años 90. Durante la restauración de la centenaria Possessió (casa de campo tradicional mallorquina), se empezaron a plantar los primeros viñedos, que ya desde el principio fueron cultivados bajo pautas de producción ecológica certificada. La moderna bodega se construyó en 2012, siguiendo las directrices de Can Axartell: respeto hacia la uva, el medio ambiente y hacia las personas que lo cultivan y elaboran, así como también respeto hacia las que disfrutan de los vinos. Los primeros vinos de Can Axartell se embotellaron en 2013 y desde entonces han adquirido una buena reputación en la isla y en el mundo del vino. Ojo, hay que reservar con antelación para lograr visitarla. Merece la pena. canaxartell.com

Restaurante Katagi Blau, en el rooftop del hotel Iberostar Selection Llaut Palma.
Restaurante Katagi Blau, en el rooftop del hotel Iberostar Selection Llaut Palma.
Xisco Kamal - Kamal Fotografía

Cena "japo" por todo lo alto

El sitio de moda para cenar en Palma es el restaurante Katagi Blau en el rooftop del hotel Iberostar Selection Llaut Palma. El restaurante hace honor a su propio significado: “Bajo el cielo no hay otro igual”. A la idílica ubicación, con espectaculares vistas al mar, y al must de ser el sitio más cool del momento para ver y ser visto en Palma se añade una oferta gastronómica que fusiona Asia con Mallorca. No en vano ha sido galardonado en dos ocasiones como el Mejor Restaurante de cocina fusión asiática en Europa por los World Luxury Restaurant Awards. iberostar.com

Vicens
Tienda y taller Teixit Vicens, en Pollença.
Luis Uribarri

Los secretos de las telas de lengua

Teixit Vicens es un taller artesanal dedicado a la fabricación de telas mallorquinas artesanas en Pollença, al norte de la isla. Su especialidad son las telas de lengua y todo tipo de tejidos artísticos. Trabajan las telas típicas de Mallorca que no tienen anverso ni reverso, inspiradas en el legado de los pobladores de las Islas Baleares. Se pueden realizar visitas guiadas a su taller reservando en su página web teixitsvicens.com

Puerto Portals
Puerto Portals celebra la Navidad con un mercadillo inspirado en los típicos de Europa.
Puerto Portals

Navidad en Puerto Portals

La Bahía de Palma es otro de los lugares emblemáticos de las Baleares. Codiciada a lo largo de la historia por todos los pueblos del Mediterráneo, hoy es escenario de regatas y de la vida social más top de la isla. En verano puede ser complicado hacerse un hueco entre la jet asidua a sus restaurantes y lograr plaza en alguno de los megayates allí amarrados, pero en temporada de invierno se puede disfrutar de sus fantásticos restaurantes sin necesidad de reservar y también, si así lo desea, dar un paseo en yate por la bahía. No pasa nada por sentirse como Onassis por un día. Además, del 16 de diciembre hasta el 6 de enero el Christmas Market de Puerto Portals encenderá sus luces con más ilusión que nunca, para celebrar su décima edición. Inspirado en los mercados típicos centroeuropeos, el mercado cuenta con más de cuarenta casetas de madera decoradas para la ocasión que ofrecen gran variedad de productos para decorar árboles y belenes y también comida tradicional de esta época. puertoportals.com

Naveta des Tudons, monumento funerario megalítico en Menorca.
Naveta des Tudons, el más emblemático de los monumentos funerarios megalíticos de Menorca.
Getty Images/iStockphoto

Patrimonio megalítico en Menorca

La isla de Menorca es punto y aparte en una escapada a las Baleares. A pesar de su proximidad con la mayor de las Baleares, mantienen cada una su personalidad. Menorca es más pequeña y manejable, vertebrada por una carretera principal flanqueada de un paisaje homogéneo donde priman los acebuches y, en invierno, las praderas verdes. Aquí, por avatares de la historia, hay más de 1.500 yacimientos y monumentos prehistóricos con sus elementos característicos: la taula, por su similitud con una mesa; la naveta, monumento funerario con forma de nave invertida, y el talayot, construcción en forma de torre para uso tanto militar como ritual. Muchos de estos monumentos son de fácil acceso y están bien señalizados. Imprescindible visitar la Naveta des Tudons, por su excelente estado de conservación y por ser una construcción funeraria única en el mundo, que data del año 1000 antes de Cristo. Se espera el pronto ingreso de la Menorca talayótica en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

En la isla de Menorca hay más de 1.500 yacimientos y monumentos prehistóricos que esperan su inclusión en el Patrimonio Mundial de la Unesco
Puerto de Mahón visto desde un mirador.
Puerto de Mahón visto desde un mirador.
Luis Uribarri

Mahón o Ciudadela (mejor las dos)

La isla de Menorca conserva una riqueza natural que le ha valido su reconocimiento como Reserva de la Biosfera de la Unesco. Sus dos principales ciudades, Mahón (la capital, al este) y Ciudadela (la capital civil y eclesiástica, al oeste), junto a los coquetos pueblo del interior completan una oferta de ocio, cultura y naturaleza difícil de igualar. La sana rivalidad (o quizá no tanto) entre las dos principales ciudades hace que la visita a ambas sea imprescindible. El aire británico de Mahón se deja sentir por sus calles y emplazamientos costeros, y si está de suerte acuda a algún evento en su Teatro Principal, el teatro de ópera más antiguo de España. Para cenar, busque el restaurante Akelarre, con música en directo algunas veladas (akelarrelivemusic.com).

Al otro lado de la isla, a unos 40 km, los numerosos palacios e iglesias de Ciudadela hablan de una aristocracia menos amigable en su tiempo con el ocupante inglés. Fundamental acercarse al puerto y comer en alguno de sus restaurantes, como S’Amarador (samarador.com), la especialidad de arroz con marisco o la famosa (y cara) caldereta de langosta. Más información en illesbalears.travel y en newblue.es

Mostrar comentarios

Códigos Descuento