Disfrutar de un pueblo medieval en Navidad tiene un encanto añadido. Lo cierto es que un entorno rural garantiza en estas fiestas la tradición, la tranquilidad y la seguridad.
A todo eso se añade patrimonio, historia, cultura y belleza si hablamos de localidades medievales. Estos que siguen son diez pueblos medievales españoles para visitar de noche en Navidad.
Almazán (Soria)
Situada a orillas del río Duero, cuenta con restos de muralla, dos puertas de acceso –la del Mercado y la de Herreros- y diversas iglesias. Merece la pena recorrer detenidamente sus calles y, en especial, la plaza Mayor, donde se encuentra el palacio de los condes de Altamira, y algunas de sus iglesias, como la de San Vicente, del siglo XII; la de San Miguel, de mediados del siglo XII.
Tossa de Mar (Girona)
Tossa se encuentra dentro del espacio natural del macizo de las Cadiretes, valioso por la convivencia de flora mediterránea y atlántica e ideal para realizar paseos o rutas en bicicleta de montaña, pasando junto a vestigios megalíticos.
Castellar de la Frontera (Cádiz)
La fortaleza defensiva que posee la denominada puerta de la villa y dos torres, está rodeada de una muralla que data de entre los siglos XIII y XIV, con un total de nueve torres. Actualmente el castillo que completa la muralla es un hotel y a mediados del siglo pasado, con la llegada de turistas extranjeros se habitaron las casa vacías que tenía el pueblo. Por todo ello, Castellar de la Frontera se conserva en perfecto estado.
Daroca (Zaragoza)
Una muralla, de más de tres kilómetros y un centenar de torres, rodea esta villa medieval. Es un pueblo repleto de callejuelas, iglesias románicas y fachadas centenarias. Para ver Daroca en todo su esplendor, nada como visitarlo a finales de agosto, cuando celebra su espectacular feria medieval, pero en Navidad todo tiene otro encanto.
La Alberca (Salamanca)
La Alberca es un pequeño pueblo situado en el corazón de la Sierra de Francia en la provincia de Salamanca. Sus calles y plazas nos trasladan directamente a los cuentos clásicos de Hans Christian Andersen, con sus casas bajitas decoradas con flores.
Aínsa (Huesca)
Este pueblo de la provincia de Huesca es la capital junto a Boltaña del antiguo condado de Sobrarbe. Las fuentes históricas dicen que los musulmanes nunca llegaron a conquistar esta localidad con un conjunto histórico espectacular. Además de su flamante castillo, hay otras construcciones que dan muestra de la importancia que tuvo este enclave.
Bárcena Mayor (Cantabria)
Está considerado como el pueblo más antiguo de Cantabria y su historia se remonta a la época medieval. Hoy en día destaca por su arquitectura montañesa y por su casco histórico. Su entorno también es de una gran belleza paisajística.
Besalú (Girona)
Aparece en un importante y tradicional cruce de caminos al este de la Garrotxa. Bisuldunum, su nombre original, era una fortaleza entre dos ríos: el Fluvià, al sur y el Capellades, al norte. Su espectacular conjunto medieval se encuentra muy bien conservado. Un buen plan es caminar sobre calles empedradas y terminar contemplando el río sobre su puente viejo.
Laguardia (Álava)
Esta localidad de la Rioja alavesa se ubica en un altozano y está recogida dentro de una muralla de 2 metros que fue construida por el rey Sancho el Fuerte de Navarra. La muralla conserva intactas las cinco puertas que se construyeron para controlar la entrada y salida de gente de pueblo. Todo el pueblo conservan un innegable sabor medieval.
Priego de Córdoba (Córdoba)
Parapetada por el circo de montañas del Parque Natural de las Sierras Subbéticas, se trata de una de las paradas obligadas en la Ruta del Califato, el Itinerario Cultural Europeo que recorre tierras andaluzas desde Córdoba a Granada. Reúne diferentes fuentes, ermitas, iglesias, el Barrio de la Villa y el Balcón del Adarve y, claro, su castillo, una fortaleza árabe.
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