Televisión

Luis Merlo se incorpora al rodaje de la novena temporada de 'La que se avecina'

El actor Luis Merlo, en una imagen de archivo.
GTRES

El actor Luis Merlo se une al club de los actores que trabajan en La que se avecina y que además dieron vida a un personaje en su predecesora, Aquí no hay quien viva. Merlo se une al elenco de la serie de Telecinco, que rueda ahora mismo la novena temporada y que se estrenará próximamente.

Miembro de la tercera generación de una emblemática familia de actores, Luis Merlo (Calígula, El Internado) se pone en la piel de un músico profesional que, tras su ruptura matrimonial, acudirá asiduamente a la consulta de Judith (Cristina Castaño) como paciente.

La incorporación del actor se enmarca dentro de las principales novedades de la nueva entrega de capítulos de la comedia, entre las que también destaca el regreso de Paz Padilla en la papel de Chusa; de Ernesto Sevilla como Teodoro, el hermano de Amador; Víctor Palmero, dando vida a Alba, el hijo transexual de los Recio; e Isabel Ordaz como Araceli, la exmujer de Enrique Pastor.

Tras ocho temporadas en Telecinco, La que se avecina, ficción creada por Alberto y Laura Caballero y Daniel Dorador, hizo 4.007.000 espectadores y un 23,7% de cuota de pantalla de media la pasada temporada.

Luis Merlo interpretó a Mauri, uno de los vecinos del vecindario de Aquí no hay quien viva, un papel en el que daba vida a un periodista homosexual que vivía con su marido en la alocada comunidad. Se da la circunstancia de que su marido en Aquí no hay quien viva, el actor Adrià Collado, también tuvo un papel en La que se Avecina, en un curioso cruce de series y de papeles.

Luis Merlo consiguió el Premio de la ATV al Mejor Actor en 2003 y el Premio de la Unión de Actores al Mejor Actor Secundario de Televisión en 2004 por su papel en Aquí no hay quien viva.

Un pianista neurótico

Ahora, en La que se avecina, será un virtuoso pianista llamado Bruno Quiroga, que tratará de acaparar la atención de Judith. Incontables éxitos, numerosos reconocimientos y la armonía sentimental con su pareja han jalonado durante años la vida personal y profesional de Bruno Quiroga, un brillante concertista de piano que se enfrenta al mayor revés de su vida cuando su esposa decide poner fin a su matrimonio.

Tras la separación, el consumado pianista, profundamente deprimido, acudirá a la consulta de la reputada psicóloga Judith Becker en busca de ayuda. Compartir con alguien sus principales inquietudes y encontrar las claves para retomar las riendas de su vida serán los principales motivos que llevarán al músico a recalar en Mirador de Montepinar.

Sumamente inseguro, neurótico e inestable, Bruno acudirá con frecuencia a terapia con Judith, hacia la que desarrollará un claro síndrome de dependencia. La enfermiza y persistente búsqueda de atención de su paciente creará un problema añadido a la terapeuta que, una vez más, se situará en el punto de mira de los comentarios de los habitantes del complejo residencial.

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