Ciudades por el comercio justo, el turismo de compras responsable

  • El turismo de compras mueve a millones de personas en el mundo.
  • Córdoba es la primera y única Ciudad por el Comercio Justo en España.
  • Estos productos están totalmente normalizados en algunos países de nuestro entorno.
Un típico mercado parisino.
Un típico mercado parisino.
Ana Vega
Un típico mercado parisino.

Cuando hablamos de turismo de compras nos vienen automáticamente a la cabeza las ciudades donde nacen las tendencias de moda, como París, Londres, Milán o Nueva York, pero las peculiaridades de ciertos mercados mueven a millones de personas por el mundo. Actualmente, el ejemplo más representativo es China, donde muchos viajeros van con una maleta vacía y vuelven con dos llenas. Pero no hay que irse tan lejos, la cercana Andorra siempre ha sido un destino de consumo para los españoles.

En un mercado tan global como el nuestro, los viajes de compras sólo tienen sentido si queremos disponer de más variedad o mejores precios en ciertos productos. Para encontrar el objetivo de nuestra búsqueda debemos saber las particularidades del destino, y a veces no es fácil. Algunas de ellas son tan poco conocidas como la apuesta por el comercio justo que, ni está tan extendido como debiera, ni se localiza estrictamente en cooperativas agrícolas de países en desarrollo.

El comercio justo garantiza condiciones laborales dignas en los países de origen de la mercancía, el pago de un precio adecuado a los productores, el respeto por el medioambiente en los procesos, la igualdad de género y la no explotación infantil.

Córdoba, Ciudad por el Comercio Justo

En 2008, Córdoba añadió a sus múltiples encantos uno más. La ciudad de la famosa mezquita fue la primera capital española (y hasta ahora la única) que ha conseguido el reconocimiento internacional de Ciudad por el Comercio Justo.

Para conseguirlo, ha cumplido los cinco criterios establecidos por la World Fair Trade Organization: aprobar una resolución favorable al comercio justo y al consumo de ese tipo de productos en el ayuntamiento; que formen parte de la oferta habitual en cafeterías, bares y tiendas de la ciudad; tener el compromiso con la causa del sector privado y de la comunidad educativa; desarrollar acciones de sensibilización a la población; y crear un grupo de trabajo local que coordine al programa.

Alrededor de 20 localidades españolas más están trabajando para conseguir este reconocimiento. En Ciudadjusta.org se puede consultar el listado de las candidatas y su nivel de cumplimiento de los requisitos.

Sin embargo, nuestro país está muy atrás en implantación de este mercado. Los expertos coinciden en aplicar la expresión de la “pescadilla que se muerde la cola” cuando se habla de precio y demanda. Los compromisos de las ciudades por el comercio justo están dirigidos a aumentar la sensibilización de los consumidores y a fortalecer la distribución de estos productos, de manera que se logre introducir más oferta en el mercado a unos precios adecuados.

La producción y distribución responsable es posible

Pero la situación cambia fuera de España. La presencia del comercio justo es mucho más patente en otros países de nuestro entorno, en los que los ciudadanos pueden ir a su supermercado y elegir entre varias firmas de comercio justo a un precio similar al de las marcas más comerciales.

Los mercados con más volumen son Reino Unido y Alemania. Pero el gasto medio por persona en estos productos es el dato más significativo: suizos, holandeses e ingleses consumen 50 veces más comercio justo que los españoles.

La primera ciudad por el comercio justo fue la inglesa Gartang, que logró el título en 2001. Actualmente hay alrededor de 900 poblaciones comprometidas con este mercado en el mundo, repartidas por 19 países del norte y del sur. Entre ellas hay desde capitales como Londres, París o Bruselas, hasta pequeñas localidades como Pérez Celedón en Costa Rica o Wolfville en Canadá.

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