Turismo para deportistas

El turismo deportivo es una modalidad de ocio que está ganando muchos adeptos en los últimos años. En líneas generales, se trata de viajar a destinos que ofrecen características especiales para la práctica de alguna disciplina deportiva. Tradicionalmente, este tipo de turismo se asocia con deportes de aventura o riesgo, pues no hace falta salir de la propia ciudad para jugar un partido de fútbol o de tenis. Otra de las características más atractivas de esta tendencia es el contacto con la naturaleza más salvaje.

Tal vez la modalidad de turismo deportivo más habitual sea el senderismo, ya que es una actividad que se puede adaptar a la condición física de casi cualquier persona. En esta sección ya hemos hablado del Camino Inca, probablemente la ruta de ‘trekking‘ más afamada del planeta, que une la ciudad de Cuzco con el Machu Picchu.

Otro de los circuitos más espectaculares del mundo es la ruta del Annapurna, un recorrido por la cordillera del Himalaya que comienza a 760 metros sobre el nivel del mar y finaliza por encima de los 5.000 metros. Los senderistas que emprendan esta aventura disfrutarán de una acercamiento sin igual a la cultura y el paisaje montañoso de Nepal. Aunque se puede hacer por libre, si no es un experto, es recomendable contratar los servicios de alguna empresa local para contar con guía y portadores.

El ‘rafting’ es otro de los clásicos del turismo deportivo. La localidad de Futaleufú, en la Patagonia chilena, es una de las mecas mundiales de esta disciplina deportiva. Terminator y Purgatorio, nombre de dos de los rápidos más afamados del homónimo río chileno, hablan a las claras de la intensidad de los descensos que se pueden realizar. La mejor época para practicar ‘rafting’ en Futaleufú es entre diciembre y mayo.

Aunque mucho menos común que las modalidades anteriores, bucear con tiburones es una actividad que se puede practicar en varios lugares del mundo. Sudáfrica, uno de las costas preferidas por el gran tiburón blanco, es una interesante opción.

Obviamente, esta no es una experiencia que se pueda vivir por libre. Lo mejor es contratar los servicios de una de las ocho compañías locales autorizadas, entre las que destaca Shark Cage Diving, dirigida por el capitán Brian McFarlane. La empresa opera en la zona de Gansbaai, pueblo de pescadores situado a unos 200 kilómetros de Ciudad del Cabo que presume de ser la capital mundial del gran tiburón blanco.