"La cena del miedo" con la ministra Ángeles González-Sinde

La ministra de Cultura, Ángeles González Sinde.
EFE

El último capítulo del culebrón sobre la ley Sinde tiene forma de post, concretamente uno del blog de Amador Fernández-Savater, coeditor de Acuarela Libros e hijo del filósofo Fernando Savater, que se ha propagado por la Red a gran velocidad. En el citado texto, Fernández-Savater explica cuáles fueron sus impresiones sobre una cena a la que fue invitado por la Ministra de Cultura para debatir sobre la propiedad intelectual e Internet.

Amador, un "pequeño editor que publica habitualmente con licencias Creative Commons" e "implicado desde hace años en los movimientos copyleft/cultura libre", reconoce que ya desde el inicio se sintió incómodo en una reunión a la que acudieron figuras como Álex de la Iglesia, Soledad Giménez, Antonio Muñoz Molina, Elvira Lindo, Ouka Leele, Luis Gordillo, Juan Diego Botto o Gonzo Suárez. "De pronto me sentí descolocado, como fuera de lugar. En primer lugar, porque yo no ocupo en el mundo de la edición un lugar ni siquiera remotamente comparable al de Álex de la Iglesia en el ámbito del cine o Muñoz Molina en el de la literatura. Y luego, porque tuve la intuición de que los invitados compartían más o menos una misma visión sobre el problema que nos reunía", explica.

"En concreto, imaginaba (correctamente) que sería el único que no veía con buenos ojos la Ley Sinde y que no se sintió muy triste cuando fue rechazada en el Congreso (más bien lo contrario)", añade el autor.

Fernández-Savater también confiesa que no actuó como debería haberlo hecho: "Confieso desde ahora que no hice un papel demasiado brillante que digamos. Lo que escuchaba me sublevó hasta tal punto que de pronto me descubrí discutiendo de mala manera con quince personas a la vez (quince contra uno, mierda para...). Y cuando uno ataca y se defiende olvida los matices, los posibles puntos en común con el otro y las dudas que tiene".

La imposibilidad de explicarse correctamente durante la cena, ha llevado a Savater a expicar sus argumentaciones en un extenso post donde expresa de forma muy clara sus temores: "Quizá haya por ahí algún morboso preguntándose qué nos dieron para cenar. Yo se lo cuento, no hay problema, es muy sencillo. Fue plato único: miedo. El miedo lo impregnaba todo. Miedo al presente, miedo al porvenir, miedo a la gente (sobre todo a la gente joven), miedo a la rebelión de los públicos, miedo a la Red", relata.

"Siento decir que no percibí ninguna voluntad de cambiar el rumbo, de mirar a otros sitios, de escuchar o imaginar alternativas que no pasen simplemente por insistir con la ley Sinde o similares. Sólo palpé ese miedo reactivo que paraliza la imaginación (política pero no sólo) para abrir y empujar otros futuros. Ese miedo que lleva aparejado un conservadurismo feroz que se aferra a lo que hay como si fuera lo único que puede haber. Un miedo que ve enemigos, amenazas y traidores por todas partes."

Y sin abandonar el tema del miedo, añade: "Responder al miedo con el miedo, tratar de que los demás prueben el miedo que uno tiene. Ley, represión, castigo. Lo expresó muy claramente alguien en la reunión, refiriéndose al modelo americano para combatir las descargas: "Eso es, que al menos la gente sienta miedo".

La única impresión que obtuvo el autor durante la cena fue pesimismo: "Me parece un hecho gravísimo que quienes deben legislar sobre la Red no la conozcan ni la aprecien realmente por lo que es, que ante todo la teman. No la entienden técnicamente, ni jurídicamente, ni culturalmente, ni subjetivamente. Nada. De ahí se deducen chapuzas tipo ley Sinde, que confunde las páginas de enlaces y las páginas que albergan contenidos".

"Lo que hay aquí es una élite que está perdiendo el monopolio de la palabra y de la configuración de la realidad. Y sus discursos traducen una mezcla de disgusto y rabia hacia esos actores desconocidos que entran en escena y desbaratan lo que estaba atado y bien atado", sentencia Savater unos párrafos antes de concluir el texto aludiendo a una única luz de esperanza: los hijos de los asistentes a la reunión, personas más jóvenes con otros enfoques y puntos de vista.

Álex de la Iglesia, presidente de la Academia de Cine e internauta muy implicado últimamente en las cuestiones de propiedad intelectual, respondió a Fernández-Savater a través de Twitter: "Yo no pienso descalificar a nadie, Amador tiene derecho a opinar como quiera, faltaría más. Eso si, hay cosas que no son verdad. Nadie tiene miedo a internet y a lo nuevo. Eso es tendencioso. ¿Alberto García Alix tiene miedo a lo nuevo, y a internet? Estaba conmigo. Por favor!!!! Un poco de seriedad. De nuevo advierto esas ganas de contraponer creacion contra internet. No entraré en ese juego. Y no es cierto que se vaya en contra de la copia ni del compartir archivos. Mentira. Se va en contra del que se BENEFICIA ECONOMICAMENTE de ello. Esta muy claro. Preguntar al partido pirata, a David Bravo, a gente seria. Hay ganas de buscar soluciones. Preguntad a Pedro Perez. Hay voluntad de cambio. De corregir posturas, de avanzar. Sin embargo, siento que se torpedean las iniciativas de acuerdo con descalificaciones. Y eso SI da miedo".