Sevilla

Un paseo por las nubes

Si sube a la noria podrá ver estampas de Sevilla como ésta: usted, casi a la misma altura que la Giralda.
A. González
«Ya estoy dentro. ¿Se balanceará mucho? ¿Me dará claustrofobia, vértigo, náuseas? ¿Se estropeará este invento y me quedaré arriba?» Observo el habitáculo y ¡anda, se han comido una h! En una pegatina se lee: llamada de emergencia, apretar para ablar (luego me explican que ha sido un error y que han vuelto a encargarlas a la imprenta).Un inglés cierra las puertas de la cabina Nº 2. Avanzamos a velocidad de crucero, algo inapreciable. Adiós a las dudas, comienza mi viaje por las nubes. Lo primero que veo son los árboles del Prado. Me giro y localizo la estación de autobuses «¡Qué vieja!». Y los coches se ven como pulgas.

A 60 metros de altura

Estoy arriba, a 60 m (como  una torre de 20 pisos). Me sitúo. La catedral y la Giralda  impresionan. También la fábrica de tabacos. Barqueta se ve enana y el Alamillo, esbelto. Sale humo de Altadis. Como hay niebla, no se ve el río ni el Aljarafe. Descendemos. Bonita vista la de la Plaza de España. Segunda vuelta...

Si quiere disfrutar de otra manera de contemplar Sevilla, ya puede hacerlo. La noria panorámica comienza a girar hoy. Mientras viaja (12 minutos, dos vueltas) una grabación le indicará dónde están los mejores espacios de la ciudad. La empresa que la montó dice que eligió la ciudad hispalense «por su clima, su luz y sus fabulosas vistas». Estiman que 900.000 personas subirán al año a esta atracción que vale 8 1 (adultos), 6 1  (pensionistas) y 5 1 (niños). La cabina Vip son 75  1 y con champán, 25 1 más.