Jaén

El acusado de tratar de matar a su ex pareja se declara "culpable, pero no de intento de asesinato"

El joven acusado de tratar de matar en enero de 2009 en Jaén a la que era su compañera sentimental se ha declarado "culpable, pero no de intento de asesinato", al asegurar que no sabe qué le ocurrió el día de los hechos y cuando reaccionó "tenía un cuchillo grande en la mano" y vio a la joven en medio de "mucha sangre".

Así lo ha afirmado en el juicio celebrado este martes en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, donde ha quedado visto para sentencia. En la vista, J.V.F., de 24 años, ha explicado que aproximadamente en noviembre de 2008 se fue a vivir a un piso de la Avenida de la Universidad junto a la víctima, con la que mantenía una relación desde unos meses antes.

Según ha indicado, discutían y ella apenas le hablaba, por lo que la noche del 26 de enero del año pasado, unas horas antes de los hechos, le dijo que si no quería seguir el noviazgo podía irse a su casa, negando que hubiera sido la joven quien le comentó que deseaba acabar la relación.

Durmieron juntos y el 27 de enero se levantaron para ir a trabajar cuando la agredió: "No sé que me pasó. Cuando reaccioné tenía un cuchillo grande en la mano", ha señalado el acusado, que ha dicho no recordar otros detalles como si la abordó por la espalda cuando ella se disponía a salir de la vivienda, si utilizó dos cuchillos así como las propias puñaladas o si le propinó patadas que, en todo caso, serían "en un momento de locura".

J.V.F ha añadido que cuando reaccionó vio a la joven en medio de "mucha sangre" y echada en la lavadora. Le puso una toalla en el cuello —algo que ha desmentido la víctima— se cambió de ropa, salió del domicilio cerrando la puerta por fuera "por los nervios", llamó al 112 para avisar de que estaba en un centro comercial y finalmente se entregó en una explanada cerca del cementerio, donde fue detenido sin que supiera "ni lo que había hecho". Además, ha precisado que se fue de la casa y se cambió la ropa para que "no me viera la gente de mi barrio".

Versión opuesta

La declaración de la víctima difiere, en cambio, de la del procesado. Ha manifestado que la noche del 26 de enero cenaron con unos amigos y al irse el joven le preguntó si le pasaba algo, a lo que contestó que "no estaba a gusto" y la situación le venía "grande". Ante esa afirmación, él insistió en que "si le dejaba se iba a quitar la vida", de modo que "se quedó la cosa ahí" y se fueron a la cama.

A la mañana siguiente "no hubo discusión" y ella sólo le preguntó si ese día comerían en su casa sin que el acusado contestara. A continuación, "él dijo, a ver si se arregla esto, y yo le dije, Jesús, ya". Entonces le clavó un cuchillo, cogiéndola de los pelos para "cortarme el cuello". La mujer, de 23 años, ha relatado cómo en el forcejeo el arma "voló" y él "cogió otro más grande" que se rompió al intentar parar el ataque, por lo que empezó a pisarla y a darle patadas, según ha contado.

En un momento dado, al escuchar probablemente el claxon del coche de su hermano que lo solía recoger para ir a trabajar, paró, entró en el dormitorio, donde se cambió de ropa y volvió a salir. "Me dijo: Nena quédate quieta y se fue", ha apostillado la joven, que ha destacado que entonces pensó que se estaba muriendo y que no quería, de modo que, a pesar de la advertencia de su pareja, se levantó como pudo para avisar a los vecinos.

Ruidos y golpes fuertes

Los vecinos, por su parte, han declarado que sobre las 7,30 horas escucharon ruidos y golpes fuertes en la casa colindante y una voz de mujer que gritaba "no, no, por favor", por lo que llamaron a emergencias. Salieron a la calle y al volver para recoger algo que dejaron olvidado encontraron a la joven en el rellano, intentando llamar a su timbre. Al verlos "se desplomó, telefonearon de nuevo a emergencias y siguiendo sus instrucciones la auxiliaron taponando la herida del cuello con toallas, sin que hubieran visto que llevase ya alguna.

Fue esa ayuda tanto de los vecinos como de la Policía y los servicios sanitarios, la que le salvó la vida, ya que de las 18 cicatrices de heridas inciso-contusas que contaron los forenses, la más importante, en el cuello, hubiera podido provocar un shock hipovolémico, tal y como han afirmado en el juicio. Igualmente, han indicado que, entre otras lesiones, la joven perdió dos dientes, sufrió fractura en otros cuatro y presenta trastorno depresivo-reactivo.

Por todo ello, tanto el fiscal como la acusación particular, ejercida por la propia víctima y a través de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, han considerado que J.V.F. —que está en prisión preventiva desde el día de los hechos— es autor de un delito de asesinato en grado de tentativa en el que concurren los agravantes de alevosía y ensañamiento por el que piden 17 años de cárcel.

La defensa, por su parte, reconoce un delito de homicidio en grado de tentativa con los atenuantes de arrebato y obcecación. En este sentido, en su turno de palabra antes de que el juicio quedara visto para sentencia, el propio acusado, que ha pedido "perdón una y mil veces", ha precisado: "Me declaro culpable, pero no de intento de asesinato".

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