Granada

La Fiscalía retira la acusación contra el indigente procesado por el asesinato de otro sin techo

El Ministerio Público, que solicitaba inicialmente para José Simón L.F., alias 'El valenciano', un total de 17 años y seis meses de prisión por un delito de asesinato con alevosía y 63.000 euros para los familiares del fallecido, ha considerado que, a la vista de las declaraciones de los testigos, no existe prueba directa que pueda imputar al acusado la muerte de Jorge C.L., han informado a Europa Press fuentes del caso.

La acusación particular, que ejerce la familia del difunto, ha mantenido sin embargo su petición de 19 años de cárcel y 150.000 euros en concepto de indemnización para los allegados de la víctima, que recibió tres puñaladas en el cuello que acabaron con su vida. La defensa ha continuado pidiendo la libre absolución del procesado, insistiendo en que no existe "ni una sola prueba, ni tan siquiera indiciaria" que pueda apuntar a la responsabilidad de éste.

Así las cosas, el jurado que enjuicia el caso desde el pasado martes deberá tomar una decisión sobre la culpabilidad o no culpabilidad de José Simón L.F. y emitir su veredicto, que se prevé que no se demore este viernes más de unas horas, teniendo en cuenta la retirada de la acusación de la fiscal.

Durante la primera sesión del juicio, el pasado martes, el imputado, que se dedicaba en la fecha de los hechos, el 9 de marzo de 2002, a aparcar coches en la vía pública, negó ser el responsable de la muerte de Jorge C.L.

Como otros 'sin techo', solía reunirse cada tarde con otras personas para beber alcohol en Plaza Nueva, que fue precisamente donde conoció al fallecido, que le ofreció tras unos meses de relación una habitación en su vivienda, donde alojaba a otros vagabundos. 'El Valenciano' aceptó y se fue con su pareja al piso de Escudo del Carmen.

El acusado relató que la noche del 8 de marzo de 2002 llegó al edificio donde se alojaba y saludó a Jorge, y a otros tres indigentes que allí se encontraban. Después se fue a dormir, sobre las diez de la noche, y Jorge se dirigió a él para pedirle "algo de dinero".

"Yo le di unos cigarros y le dije que me iba a ir al día siguiente, que me había salido un trabajo para pintar en el Carmen de San Miguel y que la cueva del Sacromonte —donde se alojaba normalmente—me pillaba más cerca. No tuvimos ninguna discusión, quedamos en que yo le iría dando dinero de lo que ganara", indicó el procesado que, según aseguró, durmió toda la noche sin escuchar nada extraño y a la mañana siguiente se marchó directamente, sin percatarse de que su arrendador ya estaba muerto en el comedor. Trabajando y viviendo en la cueva permaneció hasta que fue detenido y durante ese tiempo se enteró de que Jorge había muerto y, aunque supo que la Policía estaba buscando a alguien como responsable de su muerte, no temió nada porque él "no había tenido nada que ver". "Ni me escondía ni me quise cortar el pelo para cambiar mi imagen", indicó al jurado popular.