Oslo se pasa a la modernidad

  • La Opera House es el nuevo símbolo de la ciudad.
  • El centro de Oslo se puede recorrer tranquilamente a pie.
  • Aunque es una de las urbes más caras, hay atracciones gratuitas.
El inicio de esta transformación se puede fechar en 2008, año en que se inauguró la espectacular Opera House.
El inicio de esta transformación se puede fechar en 2008, año en que se inauguró la espectacular Opera House.
Rafael Konieczny
El inicio de esta transformación se puede fechar en 2008, año en que se inauguró la espectacular Opera House.

Oslo ha dejado atrás su antigua fama de ciudad conservadora para subirse al tren de la modernidad. El inicio de esta transformación se puede fechar en 2008, año en que se inauguró la espectacular Opera House, situada junto a la estación de tren que une la ciudad con el principal aeropuerto. Diseñado por el estudio de arquitectura Snøhetta, responsable, entre otros proyectos de envergadura, de la nueva Biblioteca de Alejandría, el edificio cuenta con una gran rampa de acceso fabricada con piedra blanca y orientada hacia el mar que se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad.

<p>Oslo</p>Este nuevo espíritu de cambio que impera en la capital de Noruega también tiene sus contrapartidas. La zona portuaria está actualmente tomada por las obras de construcción de la Munch Area, un ambicioso proyecto urbanístico que afecta a 50.000 metros cuadrados del barrio de Bjorvika y que estará concluido en 2011. A pesar de estos inconvenientes, Oslo sigue siendo una ciudad amable con el visitante, que puede recorrer el centro a pie. Los monumentos más visitados de la urbe se encuentran en torno a la calle Karl Johans Gate. Además de multitud de comercios y restaurantes, en esta zona está el Palacio Real, el Parlamento noruego, la Universidad, el Teatro Nacional y el parque Studenterlunden.

Sus atractivos arquitectónicos son innegables, pero el mayor valor de Oslo es su privilegiada situación, en medio de un impresionante fiordo. Una de las mejores formas de conocerlo, sobre todo si no se dispone de mucho tiempo, es embarcarse en uno de los minicruceros que lo surcan a diario. Por otra parte, los amantes de la cultura encontrarán una oferta amplísima. Oslo cuenta con 50 museos dentro de sus fronteras y la mayoría son de entrada gratuita con la tarjeta Oslo Pass. Los hay para todos los gustos y edades, pero los más visitados son el Museo Edvard Munch, el Museo Vikingo y el Museo Noruego de Historial Cultural.

En invierno, una opción interesante es acercarse a las cercanas estaciones de esquí. Por ejemplo, se puede ir en Metro desde el centro de la ciudad hasta Holmenkollen, uno de los mejores complejos de deportes de invierno de la región. El trampolín de Holmenkollen, desde el que se contempla una espectacular vista de la ciudad, es el principal atractivo de la estación. Si piensa visitar la ciudad, recuerde que la moneda oficial de Noruega es la Corona y que Oslo es una de las ciudades más caras de Europa. No obstante, en la página web de turismo de la ciudad hay información sobre restaurantes y hoteles con precios asequibles, así como atracciones gratuitas o a precios módicos.

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