Anfiteatros romanos en el mundo

Los monumentos romanos son uno de los principales reclamos turísticos de las ciudades que tienen la fortuna de contar con alguno de ellos. Es el caso, por ejemplo, del Coliseo de Roma, que lleva cuatro millones y medio de visitas en lo que va de año. Y eso que el máximo emblema de la capital italiana, cuyo nombre original era anfiteatro Flavio, acaba de abrir su tercer nivel tras finalizar los trabajos de restauración realizados en los últimos meses. Ahora los turistas pueden disfrutar de dos nuevos recorridos por las estancias que hace 2.000 años albergaban a las fieras y los gladiadores que se encargaban de entretener a los 50.000 romanos que abarrotaban sus tribunas.

Sin duda, el de Roma es el anfiteatro más conocido en todo el mundo, pero se conservan otros ejemplos destacables repartidos por las antiguas provincias del Imperio romano. A tres horas de viaje por carretera de la capital de Túnez está situado el anfiteatro de El Djem, el más grande de África y el cuarto del mundo. También conocido como coliseo de Thysdrus, cuando se construyó en el siglo II tenía capacidad para 35.000 personas. Hoy en día es uno de los grandes atractivos turísticos del país, sobre todo desde que fue escenario de algunas de las escenas de la oscarizada película ‘Gladiator’, dirigida por el británico Ridley Scott.

En España, lógicamente, se preservan anfiteatros romanos notables. El conjunto arqueológico de Mérida, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993, cuenta con un anfiteatro en bastante buen estado, aunque sólo se conserva la zona inferior, pues las dos superiores fueron utilizadas como cantera para las construcciones adyacentes cuando el edificio cayó en desuso. Se inauguró el año 8 a. C. y tenía capacidad para 15.000 personas. El viajero puede aprovechar para ver el resto de las ruinas romanas de la ciudad extremeña, entre las que destaca, por el número de visitas y su grado de conservación, el teatro, que acoge el Festival de Teatro Clásico de Mérida desde 1993.

Otro de los anfiteatros romanos existentes en España es el de Segóbriga, situado en el término municipal de Saelices (Cuenca). Con capacidad para 6.000 espectadores, se utilizó para su función original hasta el siglo III, para convertirse en almacén agrícola posteriormente. En el siglo XVII sirvió de cantera para la construcción del cercano monasterio de Uclés. Por último, los anfiteatros de Tarraco, en Tarragona, y de Itálica, en Santiponce (Sevilla), completan la nómina de anfiteatros romanos que mejor se conservan en España.