Estrenos simultáneos en cine, televisión y DVD

El director Steven Soderbergh rompe con la industria cinematográfica al sacar su nueva película en DVD cuatro días después de estrenarla en el cine.

El jueves próximo se estrena en los cines de Estados Unidos Bubble, la nueva película del laureado director estadounidense Steven Soderbergh.

Pero lo que la hace revolucionaria no es su temática, ni tampoco su elenco –compuesto en este caso por actores no profesionales–, sino su estrategia de distribución, que hará que ese mismo día la película sea retransmitida en la red de televisión de alta definición HDNet y que sólo cuatro días después de estrenarse pueda adquirirse en DVD. La medida supone una ruptura total con la estrategia de los grandes estudios de Hollywood, que acostumbraban a escalonar los sucesivos estrenos (en cine, vídeo y TV) para poder maximizar los beneficios, y un reconocimiento implícito de que hay que buscar nuevas fórmulas para rentabilizar las películas y combatir la piratería.

La idea de realizar los dos estrenos de forma casi simultánea se les ocurrió a los dos productores de la película, Mark Cuban and Todd Wagner, quienes vendieron su anterior compañía, Broadcast.com, a Yahoo! por 5.000 milllones de dólares en 1999.

Cuban y Wagner no están solos, puesto que la productora y distribuidora estadounidense IFC Entertainment planea hacer público esta semana en el Festival de Sundance que simultaneará el estreno de veinticuatro de sus películas en cine con su distribución en los servicios de vídeo bajo demanda de las principales cadenas de cable de EEUU.

No hay que echar las campanas al vuelo

Estas medidas, si bien muestran por dónde podrán ir los tiros en el sector en los próximos años, hay que ponerlas sin embargo en perspectiva. Tanto Cuban y Wagner como IFC Entertainment no tienen intención de ser adalides de ninguna revolución en el sector audiovisual, tan sólo hacer un mejor uso de sus activos (todos ellos poseen sus propias cadenas de televisión) y reducir los enormes presupuestos de marketing que implican los distintos lanzamientos de una misma película. Además, el bajo coste de producción de la película de Soderbergh, de sólo 1,6 millones de dólares, y el tipo de películas que quiere distribuir IFC (películas independientes que se proyectan en sólo unas pocas salas y en zonas geográficas muy concentradas) les permite asumir más riesgos de los habituales.

Lo que está asegurado es el rechazo de las grandes cadenas estadounidenses de distribución, como es el caso de AMC Entertainment, Cinemark Entertainment y National Amusements, quienes se han negado a estrenar en sus pantallas la película de Soderbergh, al considerar que atenta directamente contra su bolsillo.

Lo cual no es impedimento para que todos, productores y distribuidores, se muestren expectantes ante el estreno de la película de Soderbergh. Si la cosa va bien, podrá marcar un nuevo rumbo en la industria audiovisual. Y quién sabe si dejar sin trabajo a algún que otro “mantero”...

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