Salvador de Bahía, ‘la ciudad de la alegría’

Ahora que el frío se acerca al continente europeo, apetece escapar a lugares más calurosos. Brasil, como en cualquier otra época del año, es una buena opción, y, dentro del gigante sudamericano, Salvador es un referente ineludible.

La riqueza cultural y la amabilidad de los habitantes de la capital del estado de Bahía son difíciles de igualar. Tampoco hay que olvidar que esta urbe, conocida como ‘la ciudad de la alegría’, tiene 50 kilómetros de playas para todos los gustos: arenales abiertos al océano Atlántico que, por su fuerte oleaje, son ideales para practicar surf, playas tranquilas para nadar o hacer submarinismo y calas rodeadas de arrecifes que forman piscinas naturales. Además, cualquiera de ellas es un buen lugar para relajarse en sus chiringuitos, que ofrecen refrescantes bebidas tropicales y sabrosos mariscos, especialmente las langostas.

No se puede hablar de Salvador de Bahía sin mencionar su música, pues inunda todos los rincones de la ciudad y es parte indispensable de su acervo cultural y de la vida cotidiana de los vecinos. Bahía es la cuna de muchos de los artistas más queridos y respetados del país, y su influencia en la configuración de estilos como la samba o la bossa nova es capital.

Dorival Caymmi, Joao Gilberto, Caetano Veloso y su hermana Maria Bethânia, Gilberto Gil o Carlinos Brown son ejemplos de esta riqueza musical. La ciudad también es protagonista de multitud de canciones, algunas tan célebres como el clásico de Gilberto Gil Eu vim de Bahia. En el siguiente vídeo se puede ver al ex ministro de Cultura de Brasil interpretando el tema junto al otro máximo exponente del movimiento Tropicalista, Caetano Veloso.

El centro histórico de Bahía, llamado Pelourinho (picota, en español), es otro de sus grandes atractivos turísticos. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985, el conjunto arquitectónico permite imaginar el esplendor que vivió la ciudad cuando era la capital de la colonia portuguesa. Además, en 1992 se invirtieron 100 millones de dólares para restaurar cientos de fachadas de edificios que sorprenden al viajero por su variado colorido.

El Faro de la Barra, ubicado sobre el litoral, el Elevador Lacerda, que conecta la ciudad alta con la parte baja tras superar 72 metros de desnivel, y el Fuerte de San Marcelo, edificado sobre un banco de arrecifes, son otras construcciones que atraen el interés de los viajeros.

En cuanto a la vida nocturna, los bahianos prefieren tomar algo en un restaurante, preferentemente en la zona de Pelourinho, o disfrutar de una fiesta en la playa o en la propia calle más que acudir a bares o discotecas.