Madrid

Árboles centenarios de Madrid que están en peligro por las obras y el descuido

El único resto que queda del ciprés fúnebre talado en los jardines de Herrero Palacios.
JORGE PARÍS

Se plantaron como capricho de reyes, han dado sombra a generaciones de madrileños, engalanaron los grandes paseos cuando la ciudad salió de sus murallas y han sido inmortalizados por pintores, primero, y por fotógrafos, después.

Son los árboles singulares de Madrid, han vivido más de un siglo y alguno incluso roza ya los 1.500 años. Sin embargo, una decena de ellos han pasado a mejor vida o están a punto de morir, según los jardineros municipales y el experto de Ecologistas en Acción Luciano Labadejos. El tráfico, las obras, el turismo y el descuido municipal los ha sentenciado.

Y no sólo sufren los árboles de la capital: bosques enteros de la sierra están en serio riesgo ambiental. La Comunidad creó un catálogo regional con 260 árboles singulares que "por su rareza, porte, edad, tamaño o historia merecen especial protección por la Administración". Sin embargo, estos ejemplares no siempre reciben los cuidados necesarios para su conservación.

Víctimas de ‘arboricidio’

  • Haya del Museo Lázaro Galdiano. Las obras en el museo tocaron sus raíces y se murió cuando superaba los 100 años. Era una de las últimas diez hayas de la capital, lo que la convertía en un ejemplar único.
  • Plátanos de Príncipe Pío. A finales del siglo XVIII, Carlos III mandó plantar plátanos en el camino del Palacio Real al Pardo, un árbol poco frecuente por entonces. Las obras de la M-30 afectaron a los últimos supervivientes: los de la Virgen del Puerto se han secado tras ser trasplantados y las casetas de obra sitiaron a los de la Puerta del Rey. En la misma zona también han sido talados la mitad de los cipreses históricos.
  • Olmo de Recoletos. Las obras del paseo atacaron a este árbol, junto a la boca de Cercanías. Además, los ejemplares situados entre Atocha y Colón (palmeras, sóforas o gingos) están estresados por el tráfico y la contaminación. Su desaparición sería dramática, ya que forman parte del arbolado urbano más antiguo de Madrid.
  • Celtis del Prado. En la plaza Murillo, junto al museo. A sus 200 años, está podrido por culpa de los hongos. Hay riesgo de que sus ramas caigan sobre los turistas que rodean su base.
  • Tejo de Rascafría. Con casi 1.500 años, es uno de los más longevos de España y el más viejo de la región. Está muriendo de éxito: los turistas se acercan a él para verlo, se sientan en sus raíces y suben a sus ramas.
  • Ligustrum de Las Cortes. Le falta poco para morir. La obra de la plaza descalzó las raíces, dejándolas en el aire. Su edad y su porte lo hacían único.
  • Árboles de Arganzuela. Han desaparecido el 60% de ejemplares del parque de la Arganzuela, entre cedros, tejos y magnolios. Madrid Río pretende devolverles su esplendor.
  • Hayedo de Montejo. El hayedo más meridional de Europa lleva mal el calor de los últimos veranos. Los pinares de la sierra, también propios de latitudes norteñas, sufren por la misma razón. Los expertos lo achacan al cambio climático.

La tala de Serrano quedó sin castigo

Las obras de Serrano provocaron un arboricidio en la primavera del año pasado. El Ayuntamiento taló 34 ejemplares que "imposibilitaban el ejercicio de las obras", trasplantó otros 63 y podó las ramas de 225 más.

El Seprona descubrió el corte masivo de árboles y dio un tirón de orejas a Gallardón y a su concejala de Medio Ambiente, Ana Botella. La Comunidad amenazó con multar al Ayuntamiento y con llevar el caso a la Fiscalía. Pero el asunto no llegó a mayores y la tala quedó sin castigo.

"Época nefasta para el Retiro"

En la Guerra de la Independencia, las tropas napoleónicas se acuartelaron en el Retiro y arrasaron sus jardines. Décadas después, en 1874, se talaron centenares de árboles para construir el paseo de Coches. Yen 1886, un ciclón derribó un millar de árboles.

Estos tres acontecimientos amenazaron la salud del Retiro. Pero los ataques no han acabado. "El parque atraviesa una de sus épocas más nefastas. Los árboles están muriendo, se hacen obras innecesarias que agreden el entorno y este año ya se han talado más de 150 ejemplares", critica una de las jardineras más veteranas del parque.

Los trabajadores creen que el origen de los problemas está en el cambio de la directora municipal de Conservación: "El equipo anterior estaba formado por urbanistas, jardineros, historiadores y paisajistas. En el grupo de ahora mandan más los ingenieros, así que están más pendientes de las obras que del mantenimiento", según Jesús Galán, secretario de Medio Ambiente de CC OO.

La culminación de los ataques al Retiro ha llegado con la desaparición de tres árboles singulares y emblemáticos. Hasta hace poco más de un mes, en la entrada de los jardines de Herrero Palacios se levantaba un ciprés fúnebre de 92 años y 15 metros. Ahora sólo queda el tocón de su tronco. "Han dejado que se seque. Sabían que estaba enfermo y lo dejaron morir".

En 2006 destrozaron otro árbol singular, un pino carrasco bajo el que pusieron una caseta de información y "lo convirtieron en una diana". Poco antes también se echó a perder un eucalipto junto al estanque: "Le cambiaron el riego y el agua dejó de llegarle a las raíces. El tronco se hizo, literalmente, polvo". Los jardineros creen que el arce de los Jardines de Cecilio Rodríguez será el próximo.

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