Diseñan un zepelín solar para mercancías que evitaría 8.000 toneladas de CO2

Un gigante de 360 metros de largo y 400 toneladas, el FreighterBird, es un zepelín movido por energía solar capaz de alcanzar los 130 kilómetros/hora, un proyecto desarrollado por un grupo de estudiantes de ingeniería cuyo uso en el transporte de carga evitaría la emisión de 8.000 toneladas de CO2, en el transporte anual de unas 200 toneladas de mercancía.

Se trata de una propuesta -de momento tan sólo desarrollada virtualmente- surgida de la mente de una decena de estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Industrial y Aeronáutica de Terrassa (Barcelona) y que según sus estimaciones sería capaz de transportar unas 200 toneladas de mercancía por trayecto.

La principal característica del FreighterBird es su sistema de captura de energía solar por medio de unas placas ubicadas en la superficie del dirigible que se almacena en unas baterías conectadas con los sistemas de propulsión por hélices, explica Jorgina Busquets, una de la ingenieras autoras del proyecto, desde la inglesa Universidad de Cranfield, donde está realizando un máster.

Con este sistema de placas solares, la aeronave alcanzaría unas velocidades medias de unos 100 kilómetros por hora (km/h), pero para garantizar su autonomía -en caso de radiación insuficiente o viajes nocturnos- las baterías irían acompañadas de unas células de hidrógeno, que posibilitarían una propulsión alternativa de hasta 130 km/h.

Busquets explica que la idea del dirigible partió de un concurso de la empresa SENER, que planteó el diseño de una nave de este tipo que funcionara con algún "combustible verde". El equipo ideó una nave viable económicamente para el transporte de carga, que sirviera como sustituto al avión, para aquellas mercancías que no tuvieran urgencia, pero también para el tren o los barcos allí donde no haya puertos o vía férrea, ya que además, el dirigible no necesita ningún espacio habilitado para despegar o aterrizar e incluso podría realizar las cargas y descargas mientras vuela.

El coste de construcción estimado de este coloso de los cielos -que ha recibido el premio SENER-ETSEIAT al mejor proyecto de ingeniería aeronáutica- rondaría los 42 millones de euros (un precio similar al coste de un Boeing 737).