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Estudiar en el colegio deseado puede depender de la comunidad donde se viva

Un grupo de niñas de camino al colegio.
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La prioridad que las Consejerías de Educación otorgan a los criterios de admisión escolar es dispar, de forma que un mismo alumno, con circunstancias personales y familiares idénticas, podría conseguir o no plaza en el centro educativo deseado en función de la comunidad autónoma de residencia.

El presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), Pedro Rascón, apunta que tal vez sería "deseable" y "lógico" que el orden de importancia de los criterios fuera igual en todas las comunidades, sin olvidar sus competencias. Las autonomías aplican desde 2007 normativas adaptadas a la Ley Orgánica de Educación (LOE).

Cuando no existan plazas suficientes en un centro, dice la ley, el procedimiento general de admisión se ceñirá a los criterios prioritarios de hermanos matriculados en el mismo centro o padres y tutores legales que trabajen allí, proximidad del domicilio o del lugar de trabajo, rentas anuales de la familia y discapacidad.

Sin embargo, el peso que cada criterio de admisión tiene en la educación infantil y la obligatoria (Primaria y ESO) es diferente si se comparan las comunidades, según se deduce de los datos recogidos en la Guía DICES de los Mejores Colegios de España 2010-2011, publicada por Infoempleo.

La ubicación del domicilio familiar o del trabajo de los padres en la misma zona del centro escolar suele ser el elemento con más valor, pero no ocurre así en Cataluña, Baleares ni País Vasco, donde es superado en puntos por el de hermanos escolarizados en el colegio y el de padres o tutores que trabajan en él.

En Cataluña, el domicilio puntúa entre 20 y 30, mientras que los hermanos matriculados y los padres empleados en el mismo centro tienen una valoración de 40 en cada caso; en el País Vasco son entre 2 y 5 puntos en el primer criterio, 7 si los padres o tutores trabajan en el centro y 9 si hay hermanos ya matriculados.

A veces, la cercanía domiciliaria o del trabajo pesa más que los padres y hermanos en el centro, como ocurre en Extremadura (8,4 y 1 puntos, respectivamente). Incluso en una comunidad, Madrid, no puntúa nada que los padres o tutores estén empleados en el centro.

Tras estos requisitos, que son los que más puntúan generalmente, se sitúan otros como la renta familiar, pertenencia a familia numerosa, minusvalías y otras circunstancias, por ejemplo enfermedades, con una puntuación variable. Cantabria es la única comunidad donde la familia numerosa no puntúa, pero su valor en Cataluña (15) es superior al de renta o minusvalías (10).

A todo ello se une el "punto de libre disposición" en algunas comunidades, según explica Rascón, que los centros pueden aplicar "discriminatoriamente" en caso de empate entre alumnos.