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La noche de los libros es para los zombis

Algunos libros de temática zombi.
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La ‘Z’, convertida en una pandemia literaria, ha desterrado al vampiro a su sarcófago. Ahora son los muertos vivientes los que fagocitan las estanterías, y el próximo 23 de abril, con la Noche de los Libros, se declarará la alerta máxima.

Para planificar una buena resistencia (armas eficaces, construcción de refugios, etc.), un manual imprescindible: Zombi. Guía de supervivencia (editorial Berenice). Escrita por Max Brooks (hijo de Mel Brooks y la actriz Anne Bancroft, y no es broma), ya ha superado su quinta edición. Su continuación, Guerra mundial Z: Una historia oral de la guerra zombi (ed. Almuzara), con testimonios del holocausto en el que la humanidad estuvo al borde de la extinción, ha alcanzado tal éxito de ventas que amenaza con convertirse en película. Plan B, la productora de Brad Pitt, cuenta con los derechos y se prevé su estreno para 2012 (la elección del año no parece casual).

También son obras altamente peligrosas El alzamientoThe Rising– (Dolmen), de Brian Keene, con zombis inteligentes, Descansa en paz (Espasa), de John Ajvide Lindqvist, donde suceden extrañas resucitaciones en Estocolmo, Zombies rubias (La Factoría de Ideas), de Brian James, sobre un grupo peculiar de cheerleaders y la trilogía de David Wellington Zombi Island, Zombi Nation y Zombi Planet (Timunmas).

Completa el catálogo pútrido, aunque España se ha librado por el momento de su infección, Zombie CSU: The Forensics of the Living Dead, de Jonathan Maberry, que incluye entrevistas con 250 expertos (forenses, científicos, militares...) sobre el fenómeno.

Y para que no olvidemos que los muertos vivientes también tienen su corazoncito: Oh, no! Voy a convertirme en zombi! (Bubok), de Martin Towers y Jason Daniel Greenfield, enseña a los zombis a sobrevivir en un mundo infectado por humanos.

Clásicos infectados

No sabemos qué pensaría Jane Austen si se viera como coautora de Orgullo y prejuicio y zombies (Umbriel), una extraña adaptación que mantiene el 80% del texto original e introduce una trama con muertos vivientes. Quizá se revolvería en su tumba y se convertiría en uno de ellos. Esta novela ideada por Seth Grahame-Smith, y con buenas ventas –se rumorea que llegará al cine con Natalie Portman como protagonista–, ha iniciado una moda basada en la "originalidad y la irreverencia", según Eduardo Hojman, su editor en España. Una moda que está explotando con cientos de versiones Z y que "terminará por saturar", pronostica.

Los clásicos españoles tampoco escapan a la epidemia: Lazarillo Z, matar zombies nunca fue pan comido es una versión (DeBolsillo), una "divertida" versión de la novela picaresca, según su anónimo autor, oculto tras el seudónimo Lázaro González Pérez de Tormes. "Era el clásico español que más se podía hacer coincidir con estos personajes, El Lazarillo es la novela del hambre, la del submundo del siglo XVI", explica.

Ni siquiera se libra Don Quijote: en los próximos meses, Dolmen lanzará al mercado su particular revisión de este clásico y en el mercado norteamericano ya existen infames perversiones de La guerra de los mundos, Huckleberry Finn, El Mago de Oz, Drácula, Robin Hood y Alicia en el país de las maravillas.

Zombi ibérico

No toda catástrofe ha de suceder en Nueva York. El abogado pontevedrés Manuel Loureiro revolucionó el panorama literario con su Apocalipsis Z (Dolmen), que convertía la piel de toro en territorio zombi. Nacido como un blog de reminiscencias orsonwellianas, el boca a boca le llevó a la cresta de la ola. Su secuela, Apocalipsis Z. Los días oscuros (Plaza & Janes), está siendo uno de los libros más vendidos del año.

A la vista del éxito, Dolmen ha apostado por una línea editorial que saca partido de una cantera patria, al parecer, inagotable: Diario de un zombi (Sergi Llauger), Los caminantes (Carlos Sisí), Zoombi: el apocalipsis zombi con denominación de origen (Alberto Bermúdez Ortiz), Apocalipsis Island (Vicente García), Naturaleza muerta (Víctor Conde, ganador del Premio Minotauro 2010), Antología Z (varios autores) y La muerte negra (el triunfo de los no-muertos), por Házael G. Esta última obra se pregunta si la gran peste negra que asoló Europa en el siglo XIV no sería otra clase de plaga... más terrorífica.

No es el único en plantearse los orígenes del muerto viviente. Amanecer zombi. Un viaje al corazón del vudú (Almuzara), de Juan José Revenga, bucea en los rituales vudús en África y la América antillana y llega a la conclusión de que los zombis existen. En 1982, el etnobotánico Wade Davis viajó a Haití para estudiar la verdad de la leyenda y plasmó sus resultados en The Serpent and the Rainbow (1985) y Passage of Darkness: The Ethnobiology of the Haitian Zombie (1988), donde explicaba cómo conseguir un zombi en dos pasos gracias al uso de sustancias como la tetrodotoxina (TTX).

A la vista está, el contagio es inevitable: ni Stephen King, ni Philip Pullman (trilogía de La materia oscura) ni siquiera J. K. Rowling han podido resistirse a la seducción de la carne pútrida.

Superhéroes putrefactos

El Capitán América, Spiderman o Lobezno también han sucumbido a la epidemia. En un universo alternativo, los superhéroes se comen a la humanidad. Así es Marvel Zombies, una serie limitada escrita en 2007 por Robert Kirkman que recibió excelentes críticas y aún sigue siendo top de ventas. Cuatro años antes, Kirkman escribió otra serie de zombis para Image, Los muertos vivientes, sobre un grupo de supervivientes en un mundo apocalíptico. Los zombies que se comieron el mundo (Norma), de Guy Davis y Jerry Frissen, se lo toman con humor. Y no falta el toque nipón: en Zombee (Dolmen), de Miles Gunter, un samurái, un ninja y un monje zen se alían para combatir a los no muertos en el Japón feudal.