Internacional

El G-20 mantiene los planes de estímulo económico y limita los bonos bancarios

Los ministros de Economía y Finanzas del G-20 acordaron este sábado mantener los planes de estímulo en marcha para consolidar los indicios de recuperación de la economía mundial y limitar las bonificaciones que reciben los directivos de la banca.

Los ministros se reunieron en Londres para preparar la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los próximos días 24 y 25 en Pittsburgh (EEUU), y acordaron también dar mayor presencia a las naciones emergentes en los organismos financieros internacionales.

Riesgo de "confiarse"

El primer ministro británico, Gordon Brown, presionó este sábado en favor de seguir impulsando los paquetes de estímulo fiscal para salir definitivamente de la recesión, en la apertura de la reunión de ministros de Economía y Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20 que se celebra en Londres.

Brown inauguró la reunión de ministros, ante la que alertó contra el riesgo de caer en la "complacencia o el exceso de confianza", una vez que las economías han empezado a mostrar signos de recuperación.

El primer ministro británico consideró un "grave error" que los países que empiezan a salir de la recesión abandonen los planes de gasto público y de estímulo fiscal que se acordaron en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que el G-20 celebró en abril pasado.

El Gobierno de Londres cree que es demasiado pronto para hablar de "una estrategia de salida", pese a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) haya recortado su previsión de crecimiento negativo de la economía mundial en 2009 del 1,4% al 1,3%, y que haya aumentado la de crecimiento positivo para 2010 del 2,5 al 2,9%.

Brown expuso que la reunión de hoy, que es preparatoria de la cumbre que se celebrará los días 24 y 25 en Pittsburgh (EEUU), se celebra en "una coyuntura crítica" para el futuro de la cooperación entre las naciones para construir una economía global más fuerte.

El mandatario recordó que hace un año se tomaron medidas contundentes para "recapitalizar nuestros bancos" y se inyectaron en el mercado 5 billones de dólares, en un plan de "expansión fiscal mundial", lo que logró "apuntalar el comercio financiero".

"Un error muy grave"

"Ahora tenemos nuevas decisiones que tomar. ¿Mantenemos nuestro apoyo hasta que tengamos señales más claras de recuperación o lo dejamos ahora?", preguntó Brown a los ministros y los gobernadores.

Brown consideró que "teniendo en cuenta los riesgos que afrontamos, este no es el momento de la complacencia o del exceso de confianza económica", y añadió que "los riesgos son sencillamente demasiado grandes para que hagamos los juicios equivocados". "Decidir ahora que es el momento de empezar a retirar y a revertir las medidas excepcionales que hemos tomado sería a mi juicio un error grave", subrayó el primer ministro.

"Por el contrario -agregó- con más de la mitad de los 5 billones de dólares de expansión fiscal comprometidos todavía por gastar, creo que el rumbo prudente es que los países del G-20 apliquen los planes fiscales y los paquetes de estímulo que han aprobado y garanticen que se aplican tanto este año como el próximo".

En cuanto a la futura regulación de los bancos y de los salarios de sus directivos, un punto en el que surgirán las principales discrepancias en la reunión de hoy, Brown defendió "reglas vinculantes y consistentes para los banqueros, con sanciones en el ámbito nacional para los bancos que no se ajusten a éstas".

En este sentido, el primer ministro dijo que en la cumbre de Pittsburgh los líderes del G-20 deberán acordar reformas de calado para hacer que las instituciones financieras sean en el futuro "más fiables, mas representativas y más eficaces".

En la línea de lo defendido en la carta que suscribió junto al presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, se mostró partidario de terminar con la práctica de los bonos a los directivos no asociados a los resultados.

Sus declaraciones contrastan con las de su ministro de Economía, Alistair Darling, que horas antes del inicio de esta reunión consideró "imposible de ejecutar" la propuesta de poner un límite a esas bonificaciones, posición que también defiende Estados Unidos.