Barcelona

El TSJC archiva la causa contra el diputado y exdirigente del PP Daniel Serrano por agresión sexual

El diputado y exdirigente del PP catalán Daniel Serrano.
ACN

El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) ha archivado provisionalmente la causa por agresión sexual contra el diputado en el Parlament y exdirigente del PP catalán Daniel Serrano. El diputado, ahora no adscrito, fue denunciado a finales de 2019 por una compañera de partido con la que había mantenido relaciones sexuales hasta 2016. 

Lo denunció por agresión sexual y lesiones, lo que él niega. El magistrado instructor da por concluida la investigación y considera que no hay suficientes indicios sólidos para ir a juicio. La interlocutoria enmarca algunas de las lesiones sufridas por la mujer en una relación sexual "impetuosa y desconsiderada", pero no sin consentimiento mutuo. Serrano dejó el PP, pero consiguió acta de diputado hace unos meses.

Mensajes públicos de apoyo de la mujer a Serrano mucho tiempo después de los hechos han jugado contra la veracidad de la denuncia.

R.G. era secretaria general de Dones en Igualtat y miembro del comité ejecutivo del PPC. Presentó la denuncia en noviembre de 2019 y la acompañó de una captura de pantalla de un mensaje de WhatsApp de noviembre de 2016 que envió a Serrano y en la que se veía una foto de unos hematomas en la parte interior de los muslos y cerca de las ingles, aunque no se aprecia de quien son las piernas. 

Mensajes públicos de apoyo de la mujer a Serrano mucho tiempo después de los hechos han jugado contra la veracidad de la denuncia

"Esto es inadmisible", decía el mensaje, sin especificar la causa de los hematomas. La denunciante y el denunciado eran compañeros de partido, no convivieron nunca ni tuvieron un proyecto de vida en común. Las relaciones íntimas consensuadas eran esporádicas, cada dos meses aproximadamente, y puntuales desde 2013 y al menos marzo de 2015.

Según la denuncia, la mujer sufrió "maltratos físicos, verbales y psicológicos continuados". El 24 de marzo de 2015, Serrano habría causado hematomas en un brazo y en un pómulo de la víctima, en junio la tiró de la cama y le provocó un fuerte dolor de espalda durante unas relaciones sexuales consentidas. En ambas ocasiones la mujer pidió explicaciones a Serrano por WhatsApp, y este no respondió.

Finalmente, la denuncia asegura que el 13 de noviembre de 2016, "sin consentimiento ni acuerdo previo, la forzó de forma violenta y mantuvieron una relación sexual violenta y agresiva en el domicilio de ella". Esta agresión le provocó diversas lesiones como hematomas en la parte interior de las piernas cerca del pubis. Estas lesiones son las que fotografió y aportó junto a la denuncia. El investigado tampoco le dio explicaciones.

En mayo de 2017, en una reunión de partido, la mujer le volvió a pedir explicaciones a Serrano, que la amenazó con hacerle la vida imposible tanto a nivel político como personal si lo denunciaba. Desde entonces ha estado sometida a 'bullying' dentro del partido, no le han comunicado ningún acto de la formación ni la han convocado a les reuniones del comité ejecutivo, del que forma parte, según su versión.

Serrano admitió la relación sentimental, pero negó las agresiones. Como prueba aportó diversos mensajes en las redes sociales de los dos en los que no se desprendía ningún problema, incluso después de romper la relación sentimental.

La defensa de Serrano pidió el volcado de los mensajes del móvil de la denunciante, pero no se pudo hacer porque la mujer dijo que ya no lo tenía. La defensa pidió el sobreseimiento libre y la fiscalía pidió el sobreseimiento provisional, que es lo que el TSJC acuerda, al no ver demasiado indicios sólidos de la comisión del delito.

El magistrado instructor dice que no ve contradicciones en la versión de la mujer, pero tampoco ve explicaciones razonablemente satisfactorias sobre el hecho del retraso en la interposición de la denuncia, tres años, y en la supuesta buena relación entre todos dos después de la ruptura. 

Así, apunta a que el progresivo ascenso de Serrano en los cargos del partido y el distanciamiento de la mujer, que él veía injusto, podría haber provocado la denuncia. Además, el magistrado tiene en cuenta que la mujer es emocionalmente madura, con formación profesional, sin dependencia respecto al supuesto agresor, con una situación económica buena y que se dedicaba voluntariamente al partido, sin cobrar nada. Por eso considera el retraso "mucho menos explicable". La mujer, además, ha tenido cargos importantes en el partido y directamente relacionados con la concienciación de las mujeres ante la violencia machista.

Serrano admitió la relación sentimental, pero negó las agresiones. Como prueba aportó diversos mensajes en las redes sociales de los dos en los que no se desprendía ningún problema, incluso después de romper la relación sentimental

Del lenguaje usado en los mensajes de WhatsApp, tanto la fiscalía como el instructor concluyen que no se desprende que las relaciones sexuales no fuesen consentidas, "sin perjuicio de que alguna de ellas se produjese con cierto ímpetu y con una reprobable desconsideración por parte de él que diesen lugar a la aparición de algunos hematomas a la denunciante". En dos ocasiones, en la primavera de 2015, la mujer usaba un lenguaje "jocoso". 

En noviembre de 2016, después de la supuesta agresión sexual, la mujer le dijo: "Este rollo mental de dominación me parece genial; si quieres partida, jugamos. Pero nunca, nunca más me dejes marcas como las que llevo. Al menos podrías disculparte, ya no digo preocuparte". Por eso, el juez concluye que la mujer no le estaba recriminando la relación sexual, sino las marcas que le dejó una relación "impetuosa y desconsiderada".

El magistrado tampoco ve clara la declaración en el juzgado de una abogada como testigo de la acusación. Se produjo dos años después de la denuncia, aunque la mujer recomendó a la víctima que denunciase la agresión sexual y fuese a un hospital justo en noviembre de 2016. La víctima no le hizo caso, la abogada tampoco insistió y admitió que la política siguió siendo muy activa dentro del partido.

Por su lado, el investigado intentó demostrar documentalmente que no había estado con la mujer en las tres fechas citadas y que en los días siguientes el comportamiento de la denunciante con él fue "incompatible" con los hechos que le atribuye la mujer. El juez no ve demostrado que no se pudiesen producir los encuentros sexuales, pero sí que valora que la mujer publicó, entre 2016 y 2019, diversos mensajes de apoyo a Serrano mientras ascendía en el partido. En cambio, la mujer no recibió el mismo apoyo público de Serrano y se vio apartada de la dirección de la formación popular, lo que le provocó cierto resentimiento y que añadió a la denuncia como un posible 'bullying'.