Madrid

El intercambiador de Avenida de América, en obras por quedar obsoleto en solo 9 años

Usuarios en el intercambiador de Avenida de América, en Madrid.
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Tiene menos de una década y ya se ha quedado obsoleto. El intercambiador de Avenida de América, inaugurado en el año 2000, estará en obras durante dos años para dotarlo de sistemas de climatización y seguridad que lo equiparen en calidad a las nuevas macroestaciones como las de Moncloa y Plaza de Castilla.

La obra, que comenzará en breve, fue aprobada este jueves por el Consejo de Gobierno de la Comunidad.

De esta forma se pone fin a nueve años de pésimo confort que han tenido que sufrir los 215.000 usuarios de la estación. Especialmente en verano, cuando las temperaturas dentro de Avenida de América han llegado a estar varios grados por encima de las de la calle.

Los trabajos, que supondrán un coste de 49 millones de euros, se harán sin cerrar al público el intercambiador y servirán para instalar modernos sistemas de ventilación y aire acondicionado.

Además también cambiará su arquitectura para que se asemeje al resto de los nuevos intercambiadores.

Aislamiento térmico y acústico

En el proyecto se contempla el cerramiento con mamparas de las islas de autobuses para que haya una separación entre la zona de espera de los viajeros y la de los autobuses. Supondrá un aislamiento térmico y acústico.

También se reforzarán todas las medidas de seguridad y extinción de incendios en el nuevo intercambiador y se mejorará la extracción de humos.

Instalaciones más grandes

El intercambiador ganará 6.350 metros cuadrados más para construir una nueva rampa de salida del aparcamiento, escaleras, salidas de emergencia y huecos de ventilación natural.

Los túneles de salida y entrada de autocares, demasiado estrechos según los conductores, se ensancharán para mejorar la fluidez del tráfico y la seguridad. Se construirá una nueva rampa a modo de salida alternativa de autobuses para los posibles bloqueos. Tendrá salida directa desde el nivel -1.

Adiós a las barreras

Con la obra se pretende mejorar los accesos al intercambiador. Se sustituirán y ampliarán las actuales escaleras mecánicas, demasiado estrechas, por otras más amplias y habrá cinco nuevos ascensores para entrar en la estación y en el aparcamiento.

Habrá recorridos guiados para ciegos y se quitarán todas las barreras arquitectónicas. En la superficie se lavará la cara a la instalación para mejorar la integración del edificio en el espacio público.