Sevilla

«No sé dónde alojarme. Sólo pido que no me tiren los muebles»

Adela García.
V. GÓMEZ

El mayor temor de Adela ya ha legado. El desahucio que le anunciaron en julio del pasado verano se hará efectivo a las 9.30 h y, por orden del juez, la echarán del piso en el que ha estado viviendo en San Juan de Aznalfarache desde hace 33 años.

Adela García Barroso, viuda y con dos hijos en paro de 26 y 29 años, tendrá que dejar la casa porque la resolución judicial ha dado la razón a la casera, quien la demandó hace casi cinco años reclamándole unas deudas por retrasos en el pago del alquiler de renta antigua.

Ella ya se ha resignado. «Yo no me niego a irme, lo tengo todo embalado. Pero no sé dónde alojarme. Tendré que irme unos días a casa de mi hijo el que está casado. Yo lo único que pido es que me guarden los muebles, que no me los tiren», dice a 20 minutos.

Su única esperanza ahora es el piso de VPO en alquiler que le tocó en un sorteo. Pero todavía falta para que le den las llaves. «Ya he pagado el primer mes de fianza» y «ahora quiero más que nunca que me entreguen las llaves», dice con tristeza.

La situación económica de Adela es difícil. Por el alquiler del piso del barrio de San Juan Alto pagaba «81 euros más 60 de comunidad. Pero como sólo recibo 373 euros por mi viudedad y tengo dos hijos en paro conmigo, trabajo y limpio casas para ir tirando». Por ello, asegura, no puede permitirse pagar un alquiler ella sola en estos momentos.

Un calvario de casi cinco años

Su calvario comenzó hace casi cinco años, unos días después de quedarse viuda. «Cuando recibí la carta de desahucio me quería morir», recuerda. «Cuando mi marido estuvo malo es cierto que me retrasé en pagar el alquiler dos meses, pero cuando fue el juicio estaba ya todo pagado».

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